Por: Manuel De la Torre Rivera
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que celebró 42 años de existencia el pasado 17 de diciembre, en ese lapso ha enfrentado reformas educativas que buscaron conformar cambios profundos en la educación pública, no sólo resistió el vendaval neoliberal, sino que construyó alternativas de organización sindical y propuestas educativas que han desarrollado una educación emancipadora en comunidades y regiones a lo largo y ancho del país, generando una interlocución con el pueblo y sectores importantes de la academia y de los medios, que convierte a ese sector del magisterio en parte fundamental en la reconstrucción del tejido social del país.
Uno de los problemas que actualmente enfrenta este sector es la falta de representación democrática. Los integrantes del Movimiento Democrático de Trabajadores de la Educación de Guanajuato (MDTEG), adheridos a la CNTE, que participarán en la elección de las dirigencias sindicales de las secciones 13 y 45; en declaraciones de su dirigencia sindical en Salamanca al periódico Correo del 12 de marzo pasado, manifiestan su temor ante las artimañas antidemocráticas del sindicalismo charro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Con la 4T, la promesa de impulsar la democracia en los sindicatos se ha quedado en el discurso, obligados por la reforma laboral a un cambio en los estatutos. En el caso del SNTE, desde las secretarías del Trabajo, de Gobernación y el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, se han permitido relevos en algunas secciones, con un reglamento a modo que concita la desconfianza.
Con la pandemia, los y las maestras enfrentaron la falta de una estrategia integral de la SEP para la atención oportuna a los estudiantes. La respuesta de los maestros fue continuar con los procesos educativos aun sin el apoyo de las autoridades educativas. La educación no se detuvo, una nueva educación democrática, emancipadora y alternativa se está abriendo paso en medio de esta crisis agravada por la pandemia del Covid-19,maestras y maestros se han negado a regresar a la normalidad de un capitalismo devastador de la naturaleza, de relaciones de desigualdad y explotación que nos llevó a la crisis que vivimos y están construyendo propuestas innovadoras.
El magisterio constituye un sector estratégico para la transformación del país, por lo que será importante dar seguimiento a las declaraciones del Secretario General Sección 9 Democrática SNTE-CNTE, Pedro Hernández Morales, al periódico La Jornada del 22/11/2021:
“Los desafíos que enfrenta la CNTE en el actual régimen en los terrenos laboral, educativo, sindical, de seguridad social y, sobre todo, ante la falta de interlocución durante 11 meses con el Ejecutivo federal, tras un periodo donde se desarrollaron 18 mesas de diálogo en Palacio Nacional, y la suspensión en el resarcimiento de los daños de la reforma educativa peñista, se requiere de la mayor inteligencia y la activación de la estrategia de movilización-negociación-movilización.
“En su última Asamblea Nacional Representativa, la CNTE diseñó un plan táctico-estratégico que se iniciará con una movilización nacional en la Ciudad de México los días 13 y 14 de diciembre. Continuará en la estructuración de sus ejes político-organizativo, laboral, educativo, alianzas y medios. La CNTE tiene enfrente la posibilidad de convertirse nuevamente en la caja de resonancia de las luchas de resistencia que se mantienen en el territorio ante una política de devastación de recursos, personas y culturas.
“Su papel es la defensa de los derechos laborales, la mejora de las condiciones de trabajo y el imperativo de avanzar autónomamente en sus proyectos educativos, y consolidar sus estructuras y prácticas sindicales democráticas, así como enfrentar al charrismo sindical, que, de estar en la lona, ahora ha empezado a levantar cabeza, de la mano de autoridades educativas y laborales.
“En el terreno de las alianzas, la CNTE debe tejer fino respaldando las luchas que no han tenido respuesta del gobierno, a los pueblos y comunidades que han sido afectados con los megaproyectos y políticas que privilegian a los consorcios y trasnacionales, rebasando lo gremial y emprendiendo jornadas amplias de información y movilización. La CNTE puede ser la articulación de la verdadera transformación de una sociedad que tiene aspiraciones de cambio. La apuesta, como en sus orígenes, sigue siendo la democratización de los sindicatos, de la educación y del país y es necesaria la autocrítica y la construcción de otros paradigmas. Nuevas batallas se avizoran, el presente es de lucha, el futuro es nuestro”.