Las cenizas, resultado de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior, se imponen sobre los católicos como un recordatorio de que la vida terrenal es temporal.
Con el Miércoles de Ceniza inicia la Cuaresma, y la cuaresma es el tiempo de preparación para la Pasión de Cristo mediante la reflexión, la Iglesia católica pide a sus feligreses orar y que realicen ciertos sacrificios: el ayuno y la abstinencia tanto el Miércoles de Ceniza como todos los viernes posteriores hasta el Domingo de Resurrección.
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día, mientras que la abstinencia se basa en no comer carne.
Los católicos entienden que, mediante estos sacrificios, se purifican y piden “perdón a Dios por haberlo ofendido” y le prometen “cambiar de vida para agradarle”.
Cientos de fieles se han dado lugar en distintos templos del municipio para tomar ceniza, desde niños, adolescentes, adultos y adultos mayores asisten con devoción y muchos de ellos se muestran conmovidos, por lo que desde el seno familiar les fue inculcado.
En este tiempo en que el mundo entero ha padecido penurias y enfermedad, muchos fieles aprovechan la ocasión para pedir por las personas, por la salud de todos, así como expresar agradecimiento.
Aunque muchos no tienen conocimiento del significado completo, lo cierto es que ven este día como algo que deben cumplir año con año y simboliza una oportunidad de reencontrarse con Dios.
Este día nació para marcar el inicio de un período en el que se medita acerca de la vida, la muerte, el bien, el mal, la fe, la humildad y el agradecimiento; y que en Salamanca tiene gran convocatoria dentro de la población.