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¿TE MUERDES LAS UÑAS? ¡CUIDADO! TAL VEZ SE TRATE DE UN PADECIMIENTO PSICOLÓGICO

La onicofagia, como se conoce a morderse las uñas, es un hábito nervioso que provoca la destrucción de estas y la de la piel que las rodea, así como...

La onicofagia, como se conoce a morderse las uñas, es un hábito nervioso que provoca la destrucción de estas y la de la piel que las rodea, así como la de las cutículas.

Este problema puede transformarse en grave si existe sangrado y por tanto, infección en los dedos.

Los factores que pueden desencadenar este padecimiento suelen ser de origen psicológico, a los que se pueden añadir también factores ambientales o biológicos.

Martha García tiene 41 años, trabaja en el área de ventas y nos comparte su experiencia: “Siempre me mordí las uñas, de hecho mis dedos se hicieron un poco chatos; recientemente empecé a morderme de tal manera que me sangraba y esto empezó a preocuparme pues todo el tiempo estaba con heridas en los dedos y me daba vergüenza que vieran mis manos. Asistí al médico y me diagnosticaron ansiedad; actualmente estoy en tratamiento psicológico y desde hace tres meses se nota el cambio en mis dedos, todavía me las muerdo de repente pero sinceramente siento un gran avance y hasta los dientes han dejado de ser tan sensibles; yo le diría a la gente que tiene este hábito que vaya a revisarse, a veces el problema va más allá de lo estético”, señaló.

Este hábito puede provocar sangrado y enrojecimiento de los dedos, dolor en la parte afectada y provocar daños en la cutícula, provocando inclusive procesos inflamatorios de tipo bacteriano o viral, y hasta onicomicosis.

También se relaciona a la onicofagia con algunas enfermedades de los tejidos dentales y periodontales toda vez que se pueden suscitar lesiones en las encías, desgaste de los incisivos y facilitar la propagación de infecciones en la boca y caries.

Además, también puede tener consecuencias negativas para el sistema digestivo: la ingesta repetida de residuos de uñas puede causar malestar estomacal.

Adicional a lo anterior, se interfiere con el crecimiento normal de las uñas y en ocasiones los dedos se pueden deformar.

Y es que este padecimiento suele venir acompañado de estrés, aburrimiento o como en el caso de Martha, ansiedad: “Nunca lo noté pero siempre me mordía cuando estaba muy saturada de trabajo o cuando tenía algún problema con mi marido, además que solía padecer de insomnio, son señales que uno debe escuchar. Sé que me falta mucho por trabajar pero la verdad es que me siento mejor y sé que pronto estaré muy bien”, finalizó.

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