La violencia es un mal de toda sociedad, muchas veces no nos damos cuenta de que incluso una palabra o un gesto está atentando contra la persona que tenemos al lado y peor aún, estas agresiones pueden ir incluso dirigidas al ser amado.
Los expertos señalan que la violencia se manifiesta de distintas formas, desde bromas hirientes, mentiras, humillaciones en público, intimidación, caricias agresivas, golpes de toda clase, amenazas de muerte y justo hasta llegar al asesinato; por lo que hay que tomar en cuenta el violentómetro y saber cómo actuar y proceder.
Nos dimos a la tarea de realizar un censo y la gran mayoría de los entrevistados coinciden en que han padecido o conocen a alguien que en etapa de noviazgo ha sufrido algún tipo de violencia y sin duda es un tema que a muchos causa cierta pena, pero que se debe atender y no hacer caso omiso.
La violencia no es exclusiva de un género, ya que existen hombres que también la han padecido, de eso nos habla Adán, ya que, como el comenta, el chantaje también está considerado como un comportamiento violento y en efecto se debe tener precaución con este tipo de agresiones.
Para ser puntuales; la violencia es el uso intencional de la fuerza o el abuso de poder para dominar a alguien o imponer algo. Se puede manifestar a través de comportamientos que involucran:
-Fuerza física, para lastimar, dañar o incluso matar a alguien.
-Las acciones verbales y gestuales, para rebajar o descalificar la idea o postura de alguien.
-La inacción y el silencio, para despreciar a alguien.
Sea como sea, la violencia es una realidad que muchas personas enfrentan y la población salmantina dirigió unas palabras a de estimulo a quienes la padecen, haciendo énfasis en acercarse y solicitar ayuda, en amarse a sí mismos(as) y en dar ese paso tan importante a fin de salir delante de tal situación.
El noviazgo es la antesala del matrimonio, por ello es una etapa sumamente importante, para conocer a nuestra pareja y saber si se tiene o no un futuro estable a su lado, y es que en voz de la experiencia, el señor Héctor señala que “no nos preparan para tener una sana convivencia”, también señaló que es difícil venir de un hogar agresivo y en el futuro no ser violento.
Tal como señala don Héctor, venir de un hogar “roto” acarrea grandes consecuencias pues se normalizan toda clase de conductas que afectan no solo a un núcleo familiar, sino también la forma en la que nos vemos, pensamos que cierto maltrato es común y lo peor es que será lo que enseñamos a nuestros hijos.
La pareja debe sumar a nuestras vidas y buscar fortalecer todos los vínculos entre cada uno de los miembros de la familia. Sentirnos vulnerables o mal por algún comentario o acción, es signo inequívoco de que nos están agrediendo, tal vez inconscientemente pero al final es algo que deja una huella, la recomendación por supuesto es acercarse a los expertos en la materia y entender que un “pequeño golpe”, nunca y bajo ninguna circunstancia estará justificado.