Las charamuscas son un dulce muy típico de Guanajuato, si bien esta tradición se extiende a lo largo de todo el estado, en Salamanca también existen familias que se dedican a la elaboración de este manjar y que han pasado la receta de generación en generación, tal es el caso de la familia Martínez Buzo.
Mary, miembro de esta familia artesana, nos menciona que existen dos tipos de charamuscas las que se consumen en Salamanca, una es la horneada, a base de azúcar y piloncillo que resulta con una textura un poco más suave a tipo de galleta; la otra es la tradicional que son un poco más duras que además de azúcar y piloncillo también contienen canela.
En el sentido estricto, charamusca significa cenizas o leña menuda con el que se hace fuego en el campo; pero, este misma palabra da nombre a este dulce ancestral, reconocido en México.
Su elaboración consiste en poner a hervir el piloncillo en agua hasta que se obtiene una especie de caramelo, este se retira del fuego y se moldea; sin embargo, este último paso debe realizarse de manera rápida, ya que una vez frío, el caramelo se endurece y es imposible trabajarlo.
Aunque tradicionalmente se elaboran con piloncillo y mantequilla, algunos le agregan un toque de coco o nuez para darle un aroma y sabor más dulce.
Te contaremos un poco de historia y es que si bien su origen es bastante incierto, se cree que este caramelo comenzó a prepararse durante la segunda mitad de la colonia (1521- 1810). En un principio las charamuscas tenían forma de churro, pero con el paso de los años sufrieron ciertas modificaciones y comenzaron a adoptar la identidad del estado, hasta convertirse en figuras muy típicas de Guanajuato y de Salamanca.
Más allá de un negocio, las charamuscas se han convertido en una tradición familiar, además representan el sustento diario de las familias salmantinas dedicadas a este arte.
Invitamos a la ciudadanía a consumir este dulce manjar que podrán encontrar en el jardín principal en diversos estantes que estarán disponibles hasta el 9 de abril.