Por: Alfonso Díaz Rey*
«Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre».
Fidel Castro [1].
Huracán “Otis” – Acapulco, Gro. – México, octubre 2023
Los cada vez más frecuentes fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, (como recientemente fue el caso del huracán “Otis”, en el estado de Guerrero), además de la reaparición de enfermedades que se creían erradicadas, son efectos de los desequilibrios que la actividad humana ha ocasionado a la Tierra ─como sistema dinámico en equilibrio─ y evidencian el peligro que amenaza a la humanidad, a tal grado que en organismos como la ONU se considera esta situación como el comienzo del colapso climático.
En realidad, desde hace cuando menos medio siglo una parte de la comunidad científica, la comprometida con la humanidad, comenzó a advertir sobre las consecuencias de una catástrofe ambiental, debida a los desequilibrios que en la naturaleza provocarían el modo de producir y consumir imperantes.
Hace poco más de 31 años, durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, Fidel dijo: «Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo».[2]
Si hace tres décadas casi era tarde para impedirlo, hoy, cuando se hace un llamado a los líderes del mundo para «[…] acelerar la búsqueda de soluciones climáticas […]»,[3] pudiera parecer algo desesperado; máxime si se considera que los «líderes» de los países más desarrollados y poderosos se han dedicado a defender los intereses del gran capital, que es el sector dominante en esos países. Y una gran mayoría de las «soluciones» que se han propuesto y aceptado han sido fórmulas para continuar haciendo negocio, sin beneficios significativos para la humanidad, la naturaleza y, de manera general, el planeta. Y en vez de buscar las formas de actuar sobre las causas y tratar de revertir o detener la catástrofe que se avecina llaman a prepararse para sus inminentes efectos.
Si, además, consideramos que quienes generalmente patrocinan las reuniones internacionales sobre problemas ambientales son algunas de las grandes corporaciones transnacionales que los causan, se comprenderán los resultados hasta ahora obtenidos.
La condición de nuestro planeta es tal que un estudio reciente plantea que está superando su «espacio operativo seguro para la humanidad».[4] Ello, con base en mediciones de nueve variables claves para conocer su salud.
Según el estudio, las nueve variables sujetas a medición son: clima, biodiversidad, tierra, agua potable, contaminación por nutrientes, nuevas substancias químicas, acidez de los océanos, salud del aire y la capa de ozono. Las seis primeras están fuera de control y las tres restantes, aunque están dentro de los límites, dos de ellas, la contaminación de los mares y la atmosférica, van en constante aumento, lo que conforma un escenario preocupante.
Aun cuando hay sectores que difieren de las maneras en que otros miden la salud de nuestro planeta, o abiertamente niegan la existencia de un proceso que altera el equilibrio y modifica en sentido negativo las condiciones para muchas formas de vida, los efectos de tal desequilibrio se presentan con cada vez mayor frecuencia e intensidad y son clara evidencia de tal proceso, que solamente los necios ─o quienes lucran con su existencia─ se niegan a aceptar.
Sin embargo, no todo está perdido. Hay esperanzas. Pero esas esperanzas hay que forjarlas en la lucha desde abajo, con clara conciencia de las causas, los causantes y el objetivo que se persigue; con organización amplia, incluyente y a nivel global; buscando y brindando la solidaridad y la cooperación, local e internacional, Sería una lucha por la existencia.
Esa lucha podría contribuir a erradicar prácticas ambientalmente nocivas de producción y consumo; a establecer un nuevo tipo de relaciones entre los pueblos del mundo, que permitan la eliminación de la desigualdad, la inequidad y la injusticia, den impulso al desarrollo de las naciones más atrasadas y construyan las bases para que todo el mundo viva en paz. Ese sería un mundo mejor.
Salamanca, Gto. 03 de noviembre del 2023.
Notas:
[1] Fidel Castro. Discurso en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, Río de Janeiro. 12-06-1992.
[2] Ibid.
[3] Antonio Guterres, Secretario General de la ONU. La Jornada 07-09-2023 p. 25.
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberanía, en Salamanca, Guanajuato.