De los 20 mantos acuíferos que existen en Guanajuato, todos y cada uno de ellos están sobreexplotados; la pérdida de agua anual era de 921 millones de metros cúbicos, aunque en los últimos años el balance hídrico ha mostrado una baja del déficit de agua subterránea; no obstante, la extracción continúa siendo mayor que las recargas y cada año se pierde parte de la reserva de estos cuerpos acuosos.
En el Plan Estatal de Desarrollo se ha plasmado que el agua subterránea en el estado está próxima a acabarse, se especula, según especialistas, que para 2036 se marcará una diferencia considerable.
Aunado a lo anterior, la sequía por el cambio climático, es otro grave problema que se enfrenta en la entidad, la escasez de lluvias implican menos recargas y la disminución de este importante recurso natural.
Según los datos recabados, en las zonas norte, noreste y suroeste de Guanajuato se ha presentado incluso un 50% menos de lluvias, mientras que en sentido general, en el estado se han disminuido un 12% las precipitaciones.
La proyección al 2036 señala que posiblemente el agua de los acuíferos se agotará o al menos no habrá suficiente para producir alimentos.
Por lo anterior, es importante aplicar técnicas de ahorro del agua, sobre todo porque el sector agrícola usa más del 80% del agua que ese extrae de pozos para la producción de alimentos, lo que implica que se debe reducir el gasto de los acuíferos subterráneos y ahorrar unos 750 millones de metros cúbicos por año de aquí al 2040.
Fotografía: Daniel Moreno