Una de las prestaciones más esperadas por el sector laboral, sin duda es el aguinaldo. Las largas jornadas de trabajo parecen merecer la pena pues al cierre de año reciben este monto que en muchas ocasiones ya se tiene destinado para algún fin, máxime en una época en donde las compras no se hacen esperar con ofertas por parte de los comercios y opciones variadas para las celebraciones de fin de año.
En este tenor, salimos a las calles a preguntar a los salmantinos, en qué habían empleado este importante recurso y esto fue lo que nos dijeron:
Abel, obrero salmantino, puntualizó que su aguinaldo lo destinó a saldar deudas, asegurando que es mejor hacer esto, antes que incrementarlas; además de un monto de aproximadamente 4 mil pesos para las cenas de Navidad y Año Nuevo, para su familia de 5 integrantes.
Por su parte, don René, trabajador federal, dijo que lo está reservando para salir de vacaciones para el próximo verano, él también invirtió un aproximado de 5 mil pesos para las dos cenas decembrinas.
Finalmente, Juan López, dedicado a la construcción, gastó su aguinaldo en regalos para su familia, ropa y en las cenas, aseguró que utilizar este recurso para disfrutar entre familia, es la mejor forma de disponer de una prestación que tarda un año en llegar.
México es uno de los países que de forma obligatoria entrega esta prestación; los expertos señalan que la mejor manera de utilizarla es pagando las deudas, sobre todo de las tarjetas de crédito. Detallan que la mayoría de las personas lo destina a regalos.
La historia del aguinaldo data como una prestación obligatoria desde 1970, en la Ley Federal del Trabajo (LFT). Anterior a esto, algunos patrones otorgaban cierta cantidad de dinero a sus empleados de forma voluntaria durante el mes de diciembre con motivo de la Navidad.
Sea cual sea el destino que se haya dado a este monto, la sugerencia es guardar algo de él para cualquier imprevisto o incluso poder invertir en algo que pueda generar un ingreso extra.