Tras la fuerte lluvia que se presentó en Salamanca el pasado sábado 17 de agosto, CMAPAS y Protección Civil subrayaron que se encuentran trabajando para mantener en óptimas condiciones la red de drenaje y los cárcamos, además de mantener supervisión constante en los niveles de los cuerpos de agua.
La titular de Protección Civil recalcó la importancia de la participación ciudadana en no tirar basura en las calles y, sobre todo, respetar los horarios de recolección. Advirtió que, al estar las bolsas expuestas a la intemperie por varios días, pueden ocurrir situaciones en las que algún animal, buscando alimento, esparza los desechos o que las personas que recolectan PET no vuelvan a cerrarlas debidamente, provocando que estos residuos terminen en las vialidades. Durante las precipitaciones, estos desechos son arrastrados, generando taponamientos que derivan en encharcamientos e inundaciones.
Por su parte, el presidente de CMAPAS expuso que los trabajos para limpiar los cárcamos continúan varios días después de la tormenta. Aunque hasta el momento no se cuenta con una cifra exacta de la basura recolectada, se reconoció que fue un factor determinante en la acumulación de agua en las calles. A pesar de que los niveles de agua se redujeron rápidamente gracias al bombeo constante y eficiente, hizo un llamado a la conciencia ciudadana para que, en caso de una nueva lluvia torrencial como la del sábado, el flujo de desagüe sea constante y la anegación sea mínima.
Según los pronósticos meteorológicos de Conagua, se esperan cielos nublados y nubosos para el fin de semana en Salamanca; estas estimaciones no contemplan probabilidad de lluvia, sin embargo, las autoridades trabajan en la prevención por si se presentan precipitaciones, especialmente si son torrenciales.
Cabe señalar que el Gobierno Federal insta a los municipios a tomar medidas de seguridad, resaltando que las lluvias fuertes o intensas podrían ocasionar encharcamientos, inundaciones y deslaves, así como incremento en los niveles de ríos y arroyos. Además, las rachas de viento fuertes podrían derribar árboles y anuncios publicitarios.