El programa de Vivienda y Regularización presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum busca transformar el enfoque sobre la vivienda, promoviendo su consideración como un derecho humano en lugar de una mercancía. Sin embargo, para alcanzar el ambicioso objetivo de construir un millón de viviendas durante su sexenio, será necesario edificar aproximadamente 166,000 unidades al año, es decir, 463 diariamente.
La arquitecta Andrea Alvear Aceves, docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y colaboradora en proyectos de desarrollo urbano en el Centro Histórico de la Ciudad de México, calificó la propuesta como un avance positivo. No obstante, advirtió sobre los retos significativos que enfrenta, como el volumen de construcción requerido y la necesidad de desarrollar planes específicos para las regiones norte y centro, asegurando al mismo tiempo la movilidad y la proximidad a centros de desarrollo, para evitar la creación de burbujas inmobiliarias.
Alvear Aceves destacó la importancia de ampliar los servicios en áreas consolidadas, considerando que un aumento en la población demandará más recursos y transporte. “La ampliación de servicios es esencial para mitigar el impacto de un mayor número de habitantes”, argumentó.
Además, enfatizó la necesidad de promover el desarrollo en áreas rurales, sin limitarse únicamente a la redensificación urbana.
La regularización de la vivienda, con la meta de otorgar 120,000 escrituras en el próximo año, es otro aspecto positivo del programa. Alvear Aceves sugirió que se debe prestar especial atención al oriente de la Ciudad de México y al Estado de México, analizando también los riesgos que el cambio climático representa para las viviendas, a la luz de eventos recientes como el huracán Otis en Guerrero.
Respecto a la propuesta de convertir al Infonavit en constructora, la arquitecta consideró que es un paso acertado, siempre que los proyectos se adapten a las características específicas de cada región, garantizando calidad en los materiales y en el diseño arquitectónico.
Por último, mencionó que el modelo de vivienda en renta con opción a compra, como el que se aplica en Viena, podría ofrecer un equilibrio entre los precios del mercado privado y las propuestas gubernamentales, evitando la especulación inmobiliaria que podría surgir con este programa prioritario.
El programa de Vivienda y Regularización presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum busca transformar el enfoque sobre la vivienda, promoviendo su consideración como un derecho humano en lugar de una mercancía. Sin embargo, para alcanzar el ambicioso objetivo de construir un millón de viviendas durante su sexenio, será necesario edificar aproximadamente 166,000 unidades al año, es decir, 463 diariamente.
La arquitecta Andrea Alvear Aceves, docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y colaboradora en proyectos de desarrollo urbano en el Centro Histórico de la Ciudad de México, calificó la propuesta como un avance positivo. No obstante, advirtió sobre los retos significativos que enfrenta, como el volumen de construcción requerido y la necesidad de desarrollar planes específicos para las regiones norte y centro, asegurando al mismo tiempo la movilidad y la proximidad a centros de desarrollo, para evitar la creación de burbujas inmobiliarias.
Alvear Aceves destacó la importancia de ampliar los servicios en áreas consolidadas, considerando que un aumento en la población demandará más recursos y transporte. “La ampliación de servicios es esencial para mitigar el impacto de un mayor número de habitantes”, argumentó.
Además, enfatizó la necesidad de promover el desarrollo en áreas rurales, no solo enfocándose en la redensificación urbana.
La regularización de la vivienda, con la meta de otorgar 120,000 escrituras en el próximo año, es otro aspecto positivo del programa. Alvear Aceves sugirió que se debe prestar especial atención al oriente de la Ciudad de México y al Estado de México, analizando también los riesgos que el cambio climático representa para las viviendas, a la luz de eventos recientes como el huracán Otis en Guerrero.
Respecto a la propuesta de convertir al Infonavit en constructora, la arquitecta consideró que es un paso acertado, siempre que los proyectos se adapten a las características específicas de cada región, garantizando calidad en los materiales y en el diseño arquitectónico.
Por último, mencionó que el modelo de vivienda en renta con opción a compra, como el que se aplica en Viena, podría ofrecer un equilibrio entre los precios del mercado privado y las propuestas gubernamentales, evitando la especulación inmobiliaria que podría surgir con este programa prioritario.