Víctimas de estos delitos han alertado sobre una nueva estrategia de asalto en Salamanca, en la que delincuentes se ganan la confianza de los salmantinos al pedirles favores, para luego despojarlos de sus pertenencias.
Uno de los afectados relató que un hombre se le acercó en la Zona Centro, solicitando ayuda para mover un mueble. Afirmó que trasladaría un escritorio desde las oficinas de Tránsito Municipal, lo que hizo que el afectado confiara en él. Sin embargo, el sujeto no pertenecía a la instancia local y solo utilizó esta estrategia para convencer a su víctima.
Después de una breve conversación con una mujer, cómplice del asaltante, el supuesto empleado le pidió al afectado que le prestara su celular para hacer una llamada, argumentando que había dejado el suyo en las oficinas. Fue en ese momento cuando la víctima fue amenazada con un arma y tanto el hombre como la mujer huyeron del sitio.
“Cuando salimos se cruza él con otra señora, donde él le dice: ‘Mira, este muchacho nos va ayudar el mueble, nada más dile a los muchachos de tránsito que te presten una camioneta para poderlo sacar’. Entonces la señora le dijo: ‘Sí, ahorita les hablo’. Entonces cuando íbamos ya a la oficina donde íbamos a meter el mueble, me dice el señor: ‘Oye ¿traes saldo? Es que el teléfono se lo dejé a mi secretaria y quiero hacer una llamada’. Le presto mi teléfono para que llame y cuando está llamando es cuando me llegan por atrás con no sé qué fue, si una pistola o una navaja, no sé y fue cuando me amenazan, pero ahí en el bordo”, relató una de las víctimas.
Miguel, otro de los afectados, narró un caso similar ocurrido cerca de las instalaciones del Sindicato de la Sección 24 en la colonia Bellavista. Él se encontraba dentro del sindicato cuando un hombre, de entre 40 y 48 años, le pidió ayuda para mover un escritorio, presentándose como supervisor y generando confianza.
El afectado refiere que una vez afuera, el supuesto supervisor le dijo que había olvidado entregarle unas llaves a su secretaria, pidiéndole que regresara al interior del sindicato para dárselas. Sin embargo, cuando Miguel lo hizo, le informaron que el hombre no formaba parte del equipo de trabajo. Al revisar los bolsillos de su pantalón, se dio cuenta de que ya no tenía su celular.
“No se veía nada planeado, ni con malas intenciones, pero luego, ya que la señora le dice que dejó su celular en la oficina, el señor le dijo que se fuera para la oficina y ahorita llegamos con el escritorio, y como a una cuadra y media del sindicato es cuando me comenta que se le había olvidado darles las llaves de la oficina a la secretaria que acabábamos de ver, y me dice que si no puedo llevárselas. Me regreso y cuando ya voy de regreso, la verdad es que ya no tenía mi celular a la mano, había puesto mi celular en los bolsillos”, describió Miguel.
Otro incidente tuvo lugar en la Zona Centro, donde la víctima contó que un hombre le pidió ayuda para llevar una caja de refresco, un celular y unas llaves. Al aceptar ayudarlo, el joven se percató de que ya no tenía su celular, pues se lo habían robado.
Por esta razón, se hace un llamado a la ciudadanía para tomar precauciones y no confiar en todas las personas, pues al intentar ayudar, pueden terminar siendo perjudicados.