Por: Manuel De la Torre Rivera*
Muchos investigadores han demostrado que el cambio climático es un fenómeno antropogénico, (generado por la especie humana), vinculado al calentamiento global del planeta, provocado éste, por la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero, por la sobreexplotación de los combustibles fósiles durante todo el periodo capitalista que ha prevalecido en la mayoría de los países del mundo, durante los siglos XIX, XX y XXI.
Contener esta tendencia histórica, ha sido la principal preocupación de los 198 países reunidos en la reciente COP-28, en Dubai, Emiratos Árabe Unidos, donde se han fijado por Objetivo 2030: Triplicar la capacidad global de energías renovables y duplicar la tasa media anual mundial de mejora de la eficiencia energética. Reducción del carbón: Acelerar la disminución progresiva del uso de combustibles fósiles; principales promotores del calentamiento global y del cambio climático, que son, entre otros: «las causas de fondo de la alteración del patrón tradicional de precipitación pluvial y de la sequía que afecta amplias regiones del planeta, junto con otras acciones y omisiones del hombre colectivo que agravan el problema» [1].
Así, el problema ambiental que nos ocupa, es un fenómeno global del Sistema de Producción Capitalista dominante que tiene por trasfondo el interés de lucro de las grandes empresas capitalistas que dominan por su poder económico el mercado y postergan las soluciones, pasando sobre los intereses de amplias comunidades del planeta; es decir, prevalece el interés de pocos muy poderosos, sobre el interés de las amplias mayorías de la población, es evidente la ausencia de democracia y de ahí el título del presente artículo.
Sobre el tema de cómo avanzar hacia la democracia, no existen fórmulas únicas, y cada pueblo, como protagonista, debe darse a la tarea de encontrarlas, ya que es un problema político y por tanto depende entre otros de su historia, su cultura, sus tradiciones, su organización para tal fin y de la correlación de fuerzas.
En el caso de México, la situación es muy favorable para emprender esa transformación en el corto plazo, porque existe un marco legal que lo defiende en el artículo constitucional N° 39, que dice que la soberanía reside en el pueblo, porque es parte del Programa Político del actual gobierno construir una democracia participativa y la defensa de la soberanía nacional y finalmente,porque el nivel de conciencia del problema ambiental ya está maduro: hay muchos estudios críticos del problema de los últimos 20 años y el movimiento ambientalista es amplio y bien organizado.
Pero, quién es ese pueblo en el que se dice, reside la soberanía, es decir, el que tiene la capacidad de decidir lo que es mejor para el país.
Para dar respuesta a esta pregunta, me voy a referir a lo establecido por el filósofo recientemente fallecido e ideólogo de la 4T, Dr. Enrique Dussel [2], quien dice:
La palabra la tienen los pueblos del mundo, dado que, si queremos revertir el estrés hídrico del planeta, esto es, de defender la vida, deberemos luchar todos unidos para avanzar en la consolidación de la democracia en todas las naciones del mundo. Así de grande y compleja es la tarea de todas y todos.
Salamanca, Gto. 11 de enero del 2024.
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberaníay el Observatorio Ambiental Ciudadano Biósfera.
[1] Consulta en Línea: https://salmantino.mx/2024-la-crisis-hidrica-llego-a-la-gran-mayoria-de-los-municipios-de-guanajuato/
[2] Consulta en Línea: https://www.youtube.com/watch?v=dpoZxusnJ4k