En la noche de Halloween, las calles de Salamanca se llenaron de risas y colores, mientras niños de todas las edades salieron disfrazados a pedir dulces, cada uno caracterizado de diversos personajes de películas, caricaturas y series que son de su agrado, algunos lo hace en su colonia y colonias vecinas, otros más deciden reunirse en el Jardín Principal en donde algunos comerciantes generosos caño con año se preparan para compartir un poco de alegría con los infantes regalándoles un caramelo.
Después de este divertido día viene lo que si es nuestra cultura mexicana, el 1 y 2 de noviembre en donde salmantinos se dan cita a los panteones municipales a rendir un tributo a sus seres queridos que ya no se encuentran con nosotros, estos dos días son nostálgicos, pero reconfortantes, pues se dice que el espíritu de los difuntos se hacen presentes sobre todo en las ofrendas colocadas hacía su persona, por lo que esto genera una ilusión que da cierta alegría a la comunidad, pues es la forma en que se pueden reencontrar y recordar su memoria con mucho cariño.