Mientras algunos celayenses han señalado que la construcción de la nueva Catedral no es una obra necesaria y que, en lugar de invertir ese dinero en un espacio religioso, debería destinarse a programas sociales para apoyar a las personas en situación de pobreza, el obispo de Celaya, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, puntualizó que cree necesaria la construcción de una nueva Catedral, ya que se requiere un espacio amplio donde pueda reunirse la comunidad feligresa.
En este sentido, algunos cibernautas han comentado que lo mejor que podría hacer la Iglesia Católica sería destinar estos recursos económicos a los ciudadanos que viven en condiciones de pobreza extrema.
Ante esta serie de comentarios, el obispo respondió que, de hecho, son los mismos pobres de buena voluntad quienes han donado dinero para llevar a cabo la obra.
Frente a las críticas de un sector que pide que los recursos se destinen a apoyar a quienes menos tienen, el líder espiritual reafirmó que este tipo de construcciones se financian a través de rifas, kermeses, cooperaciones voluntarias y venta de boletos.
“Las iglesias son de ellos. Por ejemplo, los templos que están aquí ni siquiera son nuestros, son del gobierno; simplemente nosotros los administramos. Los templos de la Iglesia son de 1992 para acá; los demás los estamos administrando. A ver, dile al gobierno que venda los templos y les dé el dinero a los pobres. Dile al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que los venda y se los dé a los pobres”.
El religioso concluyó diciendo que los recursos que se están invirtiendo provienen de las alcancías, asegurando que no se ha desviado ni un solo peso y que todo se maneja con pulcritud, conciencia y responsabilidad.