Este 27 de julio, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) informó sobre un sismo de magnitud 5.4 cerca de Acapulco, que sucedió a las 4:30 horario local (10:30 UTC).
Según los primeros informes, el temblor tuvo un epicentro 27 km al suroeste de la ciudad, en el estado de Guerrero, con una profundidad de 1 km y fue percibido por los habitantes de la localidad.
Cabe señalar que México se encuentra en una zona de alta actividad geológica, los que lo expone al riesgo constante de que este tipo de eventos se presenten.
Y es que basta recordar los sismos de 1985 y 2017, que causaron grandes daños, aun cuando no han sido los de mayor magnitud en la historia del país.
El 28 de marzo de 1787 aconteció el terremoto más fuerte registrado en territorio nacional. Oaxaca, entonces punto central de la colonia española, fue víctima de un movimiento de 8.6 grados, evento que fue tan impetuoso que le siguió un tsunami que alcanzó los 6 kilómetros tierra adentro.
El siniestro de 1985, ocurrió el 19 de septiembre a las 7:19 horas locales (13:19 UTC), con epicentro en el estado de Guerrero y una magnitud de 8.2.
El de 2017 se registró a las 13.14 horas locales (18.30 UTC) con epicentro en los límites de los estados de Puebla y Morelos y dejó un saldo de 369 muertes en el centro del país.