Una de las tradiciones más emblemáticas dentro de la celebración del fin de año se encuentra el consumo de uvas; el ritual consiste en comer una uva con cada campanada de reloj a media noche del 31 de diciembre ya que se cree que esto trae buena suerte y prosperidad para el año que recién comienza. Así, con cada sonido del reloj, se come una uva, simbolizando un deseo o esperanza para cada mes del año nuevo.
En Salamanca, son muchos los que optan por continuar con esta costumbre, no obstante, la situación económica y el alza en algunos productos pude implicar un obstáculo para ello, ya que a lo largo del municipio el kilo de este fruto ronda casi los 200 pesos el kilo, generando que no todos tengan acceso a el.
Dentro de los productos que más se consumen en esta época también se encuentra la manzana, necesaria para la elaboración del tradicional ponche, ensaladas tipo postre e incluso para quienes la incluyen en su dieta diaria, sin embargo, se trata de un producto que también ha visto su precio incrementado, ya que de 20 pesos por kilo, pasó a los 50 pesos, aunque en algunos lugares y “buscándole”, como menciona la señora Rosario, se puede conseguir en 2 kilos por 30 pesos.
Otro ingrediente necesario para la elaboración del ponche es la caña, la cual, a principios de diciembre se conseguía en 15 pesos la pieza, no obstante, para finales de año ronda los 25 pesos la pieza, un incremento del 33.33% en su precio.
Por otro lado, los precios de otra de las frutas más consumidas en esta época tuvo un comportamiento distinto, pues hoy, la mandarina se consigue desde los 40 pesos el kilo, pero en septiembre rondaba los 100 pesos; no obstante, de acuerdo con la opinión de los ciudadanos, para los últimos días del año podría incrementar su precio ya que aseguran, la demanda es mucha.
Sea cual sea la opción predilecta de las familias salmantinas en cuanto al consumo de frutas, los expertos señalan que un plan de alimentación rico en frutas y verduras puede ayudar a disminuir el riesgo de muchas enfermedades serias y crónicas, incluyendo enfermedades cardiacas; y ya que muchas de ellas aportan pigmentos con acción antioxidante que contribuyen a que el sistema inmunitario se mantenga en buenas condiciones, consumirlas en invierno, siempre es una buena opción.