Según la RAE, el nepotismo es la práctica de utilizar un cargo para designar a familiares o amigos en empleos o concederles favores, al margen de los principios de mérito y capacidad.
Para nadie es un secreto que en la administración de César Prieto este fenómeno se ha presentado en más de una ocasión, sin embargo, para él, no es nepotismo porque se trabaja en “beneficio de Salamanca”.
Prieto Gallardo dejó claro que lo pueden calificar como se desee, enfatizando en que no se trata de nepotismo, con todo y que tiene a familiares trabajando dentro de su administración; por otro lado, la iniciativa contra el nepotismo de Claudia Sheinbaum sigue su curso y podría entrar en vigor en 2030, un escenario que ya no dejaría abierta la posibilidad a que se siga practicando con todo y que le quieren cambiar el nombre a esta praxis.
Sin duda, lo planteado por la presidenta Sheinbaum es una propuesta importante para que dejen de existir conflictos de intereses, favoritismo, problemas de convivencia laboral, riegos de corrupción y que se fomente la igualdad de oportunidades ya que el nepotismo genera descontento e ineficiencias en organizaciones tanto públicas como privadas.
Por ello, establecer mecanismos claros y transparentes para prevenir el nepotismo además de fortalece la institucionalidad, también contribuye a la construcción de entornos más justos, profesionales y eficientes, buscando que el mérito y la capacidad sean los principales criterios para el acceso y permanencia en los cargos.


































