
El presidente municipal César Prieto ya no tiene oposición interna. Con la reincorporación de Luis Aarón Gasca Aguinaco como síndico y Jesús Rivera Rodríguez como regidor, el Ayuntamiento de Salamanca queda con mayoría calificada, integrada por al menos 10 votos leales al alcalde.
Ambos funcionarios regresan justo después de que sus suplentes cuestionaran públicamente el Plan de Gobierno, cuyo costo se duplicó: de los 600 mil pesos anunciados, pasó a más de 1.2 millones. En lugar de aclarar el gasto y las inconsistencias, César Prieto optó por reacomodar las piezas y garantizar que sus propuestas pasen sin resistencia.
Durante la sesión, el propio alcalde justificó los cambios afirmando que los suplentes “se salieron del camino” y que “ya no compartían los principios de la 4T ni de Morena”. La declaración fue tan directa como reveladora, en el actual Cabildo, no hay espacio para disidencias.
Con esta nueva alineación, el Ayuntamiento puede aprobar, modificar o autorizar lo que sea, sin necesidad de debate. Entre los temas aprobados durante la misma sesión: modificaciones al Presupuesto 2025, contratación de empresas privadas de seguridad, aval a iniciativas estatales y el ingreso de un nuevo perito valuador municipal.
Para observadores políticos, este reacomodo no solo responde al desgaste de la administración, sino que es una maniobra para blindar políticamente a César Prieto. La crítica ya no viene desde afuera: se apagó desde adentro.