En Salamanca, los niveles de contaminación se dispararon y el cielo amaneció opaco, mientras vecinos de distintas colonias reportan ardor en los ojos, tos y molestias en la garganta.
El sistema de monitoreo confirmó concentraciones altas de partículas que pueden afectar a toda la población, especialmente a niños, adultos mayores y personas con padecimientos respiratorios.
Familias que viven cerca de la zona industrial aseguran que los días “se sienten pesados” y que, aunque se recomiende no salir, muchos deben hacerlo para trabajar o llevar a los hijos a la escuela.
Mientras tanto, las recomendaciones oficiales se limitan a “evitar actividades al aire libre”, pero la sensación entre los salmantinos es que respirar aquí cada vez cuesta más.


































