El crimen organizado no solo golpea con violencia, también con la economía de las familias mexicanas. En al menos nueve estados, incluido Guanajuato, las extorsiones y el control de precios se han convertido en un negocio que afecta desde campesinos hasta pequeños comerciantes.
De acuerdo con una investigación de El Universal, retomada por periódico AM, grupos criminales imponen aumentos en productos básicos como arroz, carne, cerveza o combustibles. Quien no compra en sus bodegas o no paga derecho de piso, arriesga su vida.
En Michoacán, por ejemplo, campesinos denunciaron que un kilo de arroz que debería costar 20 pesos termina vendiéndose en 25, y la carne sube de 200 a 240 pesos, todo por presión de grupos como Los Viagras y el CJNG. En Guerrero, bandas controlan hasta el abasto de pollo y cerveza, mientras que en Veracruz los pasajes subieron de 10 a 12 pesos por los pagos forzados al crimen.
En Guanajuato, la situación toma otra forma: más que controlar precios de alimentos, los grupos criminales ejercen cobro de piso directo a comerciantes y prestadores de servicios. Esto ya provocó el cierre de tortillerías en Celaya desde 2019, y hoy sigue siendo un problema latente que encarece los costos finales para los consumidores.
Los números son alarmantes. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, retomados por AM, Guanajuato pasó del lugar 15 en denuncias por extorsión en 2021 al primer lugar nacional en 2025. Irapuato es el caso más grave: las carpetas de investigación por este delito crecieron 163% en los primeros cinco meses del año comparado con 2024.
Especialistas explican que la extorsión se convirtió en un negocio estable para las organizaciones criminales desde 2013, cuando los grandes cárteles comenzaron a fragmentarse. Hoy es una práctica que se sostiene en el miedo: quien no paga, enfrenta amenazas, secuestros o incluso homicidios.
En Guanajuato, donde la violencia suele acaparar los reflectores, la extorsión se ha vuelto una condena silenciosa que asfixia a pequeños negocios y encarece la vida diaria de los ciudadanos.


































