En el estado ya se han detectado casos de adolescentes y jóvenes reportados como desaparecidos que, al ser localizados, resultaron haber sido enganchados por grupos delictivos. Aunque todavía son considerados hechos aislados, la situación preocupa porque muestra cómo el crimen organizado busca reclutar a menores de edad.
De acuerdo con el secretario de Gobierno, Jorge Jiménez Lona, el problema es delicado: los grupos criminales atraen a los jóvenes con la promesa de un sueldo que difícilmente podrían obtener en un empleo legal. En algunas comunidades, incluso, los líderes de estas organizaciones son vistos como figuras admiradas, lo que aumenta el riesgo de que más adolescentes caigan en esas redes.
En Guanajuato no se han identificado campos de adiestramiento como los que existen en otros estados, aunque se recordó el caso ocurrido en Yuriria hace algunos meses, donde sí hubo indicios de esta práctica. Por ahora, la estrategia oficial se centra en ofrecer alternativas educativas y laborales que permitan a los jóvenes elegir otros caminos.
El llamado a las familias es claro: mantenerse informadas y atentas, pues la prevención comienza en casa. Mientras tanto, el reto para la sociedad en general es generar entornos que alejen a las nuevas generaciones de la influencia criminal.
Fotografía: Milenio.



































