
Una intensa lluvia azotó Guanajuato capital, provocando el desbordamiento de la presa de La Olla y generando severas inundaciones en múltiples zonas del centro histórico.
La acumulación repentina de agua superó los bordes del embalse antes de que las compuertas fueran abiertas, lo que originó un torrente que arrastró basura, piedras y lodo por calles emblemáticas como Sangre de Cristo, Embajadoras, Paseo de la Presa y la Subterránea Miguel Hidalgo, las cuales se transformaron en auténticos ríos.
Las corrientes también provocaron encharcamientos en vías como Euquerio Guerrero y prolongación Miguel Hidalgo, dejando vehículos varados. A pesar del impacto, no se reportan daños estructurales mayores en viviendas hasta el momento.