El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, anunció este martes el fin de la guerra de 12 días contra Israel, apenas unas horas después de que entrara en vigor un alto al fuego promovido por el expresidente estadounidense Donald Trump. La breve pero intensa confrontación dejó cientos de víctimas y marcó uno de los episodios más tensos en la región en los últimos años.

En un mensaje oficial, Pezeshkian aseguró que Israel “recibió un severo e histórico castigo” por parte de las fuerzas iraníes y celebró que la ofensiva no logró su objetivo de dañar significativamente la infraestructura nuclear del país ni frenar su programa atómico.

Durante el conflicto, Irán respondió con misiles y drones a los ataques israelíes dirigidos principalmente a sus instalaciones nucleares. La ofensiva iraní, denominada “Promesa Verdadera III”, representó una de las mayores acciones militares emprendidas por Teherán en los últimos tiempos.

La tregua fue posible gracias a la intervención directa de Donald Trump, quien logró que ambas partes aceptaran detener las hostilidades. Según medios internacionales, Trump habría advertido al gobierno israelí que su respaldo cesaría si no respetaba el alto al fuego. Esta presión fue clave para alcanzar el cese temporal de las agresiones.

El conflicto dejó al menos 250 personas muertas, entre ellas civiles, y miles de heridos. Las tensiones se mantuvieron altas incluso tras el anuncio de la tregua, pues se reportaron algunas violaciones aisladas del acuerdo en las primeras horas.

Pese al anuncio del fin del conflicto, la comunidad internacional ha expresado preocupación por la fragilidad del alto al fuego. Países como Estados Unidos y Qatar han llamado a ambas naciones a mantener la calma y abrir canales de diálogo diplomático que permitan evitar una nueva escalada.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó la operación como una “victoria” y advirtió que Israel se mantendrá alerta ante cualquier reactivación del programa nuclear iraní.

Mientras tanto, el mundo observa con cautela si esta pausa en el fuego será el inicio de una solución más estable o simplemente un respiro temporal en un conflicto que sigue latente.