Eran las seis de la mañana del jueves 23 de octubre cuando el Hospital Comunitario de Jaral del Progreso dejó de ser un nosocomio de sanación para convertirse en un inmueble del miedo.
Esto debido a que un comando armado, encapuchado y a bordo de dos camionetas, entró a la fuerza al nosocomio buscando a un hombre herido de bala. No lo encontraron. Pero antes de retirarse, golpearon y amagaron a dos guardias de seguridad privada, dejando miedo y confusión entre los pacientes, familiares y personal médico.
La Secretaría de Seguridad y Paz del estado desmintió que se haya sustraído a algún paciente o retenido a personal del hospital. El comando, tras no hallar al herido, se retiró sin disparar, pero dejando dos vigilantes lesionados.
El hospital retomó sus funciones bajo resguardo, pero el temor permanece.


































