LOS SALARIOS DE LA ÉLITE: UNA BURLA A LA DIGNIDAD

En en un contexto de carencias, resulta doblemente ofensivo que la gobernadora Libia Denisse García Muñoz Ledo perciba un salario mensual de $259,689.91 pesos. Es decir, más que la presidenta de la República, más que cualquier otro gobernador del país. Y no está sola: 82 funcionarios más cobran más de $186 mil pesos mensuales, en un estado donde el salario promedio ronda los $4,700.

Esta realidad configura una élite política que se autoasigna privilegios con total impunidad, mientras a la ciudadanía se le pide austeridad, paciencia y resiliencia. ¿Cómo pedirle al pueblo que confíe en sus autoridades cuando éstas viven como monarcas, blindadas del dolor social?

GUANAJUATO EN LLAMAS: LA VIOLENCIA NO TOMA VACACIONES

Los días santos no trajeron paz al estado. En León, Irapuato, Celaya, Salamanca, San Luis de la Paz, Pénjamo y Villagrán se multiplicaron los actos violentos: ejecuciones, explosiones, secuestros, narcomensajes. La cotidianidad de la barbarie se impone incluso en las fechas de mayor carga espiritual.

Frente a este panorama, la respuesta de las autoridades es tan repetitiva como inútil: “Se están investigando los hechos”. El problema es que llevamos años investigando sin justicia, sin resultados, sin detenidos. El Nuevo Comienzo prometido ha devenido en una prolongación de la incertidumbre. Cada día, el guanajuatense se levanta con la duda de si regresará con vida.

FUNCIONARIOS EN DESCANSO… DEL DESCANSO

Mientras el ciudadano trabaja bajo el sol y camina entre inseguridad y servicios deficientes, algunos funcionarios aprovecharon la Semana Santa para vacacionar sin pudor. Abandonaron sus responsabilidades con la misma ligereza con la que las desempeñan. No se trata de satanizar el descanso, sino de exigir congruencia.

El servicio público no puede ser visto como un pasaporte a la comodidad, sino como un compromiso diario con la ciudadanía. Y sin embargo, seguimos observando cómo quienes menos hacen, más descansan. Como si el desgano mereciera premio.

SALAMANCA: UNA LUZ EN MEDIO DE LA NOCHE

Y sin embargo, en medio de tanto desorden, Salamanca ofreció un rostro distinto. La Semana Santa se vivió con intensidad, respeto y belleza. Desde el majestuoso tapete floral hasta las procesiones cargadas de simbolismo, la ciudad respiró cultura, devoción y comunidad.

Aquí no todo es tragedia. Hay también una ciudadanía que construye desde la fe, desde la memoria y desde la esperanza. Salamanca tiene los elementos para erigirse como un bastión del turismo religioso en el Bajío: patrimonio, fervor, tradición viva. Lo que le falta es ser vista, ser creída, ser respaldada.

No podemos seguir permitiendo que las malas noticias sepulten lo admirable. Es tiempo de pulir la joya y no esconderla en el fango de la indiferencia institucional.

UN EX PRESIDENTE EN YATE, UN PUEBLO A LA DERIVA

El reciente avistamiento del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, navegando las aguas del Mediterráneo en un yate de lujo, es más que una anécdota de frivolidad: es una herida abierta en la conciencia de una nación que aún carga los saldos trágicos de su sexenio. Mientras el ciudadano común batalla por costear lo esencial, Calderón disfruta de los beneficios acumulados tras un mandato marcado por la violencia y la polarización.

Esta imagen —que circuló profusamente en redes sociales— no representa solo un exceso económico, sino una alegoría de la impunidad. Mientras los responsables de políticas fallidas navegan sin rumbo, el pueblo sigue abordando peseros con ventanas atoradas y promesas incumplidas. Es un agravio que no necesita palabras: el contraste entre la opulencia de algunos y la precariedad de la mayoría habla por sí solo.

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