
MORENA SE AUTOEXIGE; FIN AL NEPOTISMO Y A LOS PRIVILEGIOS
En un acto que evidencia una rara pero loable capacidad de autocrítica, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha aprobado una serie de reformas internas orientadas a extirpar los vicios que han comenzado a enraizarse en su estructura. La presidenta del partido, Luisa María Alcalde, anunció que se prohibirá —de manera inmediata— la postulación de familiares directos de funcionarios en ejercicio, así como el uso de recursos públicos para campañas anticipadas y lujos personales.
Esta decisión no es menor. Significa adelantar en cinco años la aplicación de una disposición constitucional que estaba prevista para 2030. Además, marca un hecho en la vida interna del partido oficialista: la admisión de que el amiguismo, el influyentismo y el nepotismo no solo amenazan su legitimidad, sino que contradicen su razón de ser.
Morena, fundado en la promesa de regenerar la vida pública, comienza a mirarse en el espejo con mayor honestidad. Pero toda reforma será insuficiente si no va acompañada de coherencia y sanción efectiva.
CLAUDIA SHEINBAUM PONE LÍMITES: NO MÁS CAMPAÑAS DE LUJO NI PERSONALISMOS
La presidenta Claudia Sheinbaum, en una carta dirigida al Consejo Nacional de Morena, hizo un llamado contundente: evitar el culto al ego y las campañas ostentosas. Su mensaje fue claro y profundamente simbólico: la Cuarta Transformación no puede sobrevivir si sus militantes privilegian el poder y el dinero sobre la convicción ética.
Sheinbaum exhortó a los aspirantes a cualquier cargo a conducirse con sobriedad, humildad y cercanía con el pueblo. Nada de aviones privados, camionetas blindadas, relojes de lujo ni derroche en propaganda. “Campañas a ras de tierra”, pidió. Es decir, volver al contacto directo con la ciudadanía, sin intermediarios ni escenografías artificiosas.
Este recordatorio es, en el fondo, una advertencia. Morena se encuentra en una encrucijada: puede afianzar su vocación de movimiento social o devenir en otro partido tradicional, atrapado por la burocracia, el oportunismo y la herencia política familiar.
ENTRE EL DISCURSO Y LA REALIDAD: EL RETO DE CUMPLIR LO PROMETIDO
Aunque las nuevas reglas internas de Morena suenan prometedoras, su efectividad dependerá de la voluntad real de aplicarlas, incluso si eso implica incomodar a figuras cercanas al poder. No basta con legislar contra el nepotismo: hay que tener el coraje de denunciarlo y frenarlo cuando ocurre.
Casos recientes, como el de candidaturas otorgadas a familiares en estados como Veracruz, Durango y Zacatecas, muestran que el discurso apenas está por cumplirse. El reto no es escribir reglas, sino hacerlas valer incluso cuando el costo político sea elevado.
Luisa Alcalde ha negado que estas medidas estén dirigidas contra personas específicas, sin embargo, el mensaje parece ir directo a quienes han usado sus lazos familiares o su cercanía con el poder para posicionarse electoralmente. Si el partido quiere preservar su legitimidad, deberá demostrar que no existen nombres intocables ni apellidos con fuero moral.
Morena se juega mucho más que su disciplina interna, se juega la credibilidad de un proyecto que prometió transformar al país desde sus cimientos. Si no es capaz de transformarse a sí mismo, la Cuarta Transformación corre el riesgo de convertirse en una retórica vacía.