
El alcalde Carlos Manzo ha vuelto a dar de qué hablar con su estilo directo y poco convencional.
Este miércoles fue visto supervisando personalmente unidades blindadas como parte del refuerzo en operativos de seguridad en el municipio.
Fiel a su enfoque de gobernar con botas puestas, Manzo no se limita al escritorio: participa en recorridos, encabeza operativos y se mantiene presente en las zonas con mayor incidencia delictiva. Su presencia en el terreno ha generado tanto respaldo entre sectores ciudadanos como debate en el ámbito político, debido a su estilo frontal.
“Yo no me escondo en una oficina mientras los problemas están en las calles”, ha dicho en otras ocasiones. Sus acciones han sido interpretadas como un mensaje claro de cercanía con la ciudadanía y de cero tolerancia frente al crimen.
En un contexto donde los niveles de violencia y percepción de inseguridad preocupan a la población, la figura del alcalde en acción sigue ganando atención pública, tanto por lo simbólico como por lo operativo.