La ex regidora y defensora del Patrimonio Cultural y Natural de Guanajuato Capital, Paloma Robles Lacayo, acusó al ex presidente municipal Alejandro Navarro Saldaña y a su esposa, la alcaldesa Samantha Smith, de obligar a los promotores turísticos a llevar a los visitantes a los Museos de Momias (o casas del terror) que han establecido en esta ciudad, y que son de su propiedad, afectando directamente los ingresos del Museo de las Momias del panteón de Santa Paula.

“Lo que te quiero comentar y que te quiero señalar, es que la presidenta municipal, que es la esposa del tal Navarro, es decir del ex alcalde anterior, tienen seudo museos en la zona del norte del municipio, y que allí, desde hace años, reciben visitantes. Lo que ha hecho esta familia es un profundo daño, ya que se encargaron de incrementar de manera exacerbada el costo de acceso al museo municipal para beneficiar a sus negocios, porque ahora los promotores pueden decir que allá, donde se supone que hay momias falsas, y tengo mis reservas, se cobra la mitad y que la atracción es básicamente la misma”, denunció la activista.

El tema para Paloma Robles resulta irregular, e incluso ha presentado denuncias ante la Fiscalía, “Lamentablemente yo no veo que tengan interés de mover un dedo para regular eso, ¿cómo va a ser posible que haya allá 12 camionetas en esperar de entrar a estos negocios de simulación, propiedad de los gobernantes, y se conviertan en la competencia de un museo que ofrece un atractivo único y excepcional” agregó.

Dijo que a reserva de que tengan más, los Navarro-Smith cuentan en la actualidad con tres Museos, “Justo acaban de abrir uno tercero, La Casa de los Lamentos, Ex Hacienda de Cocheros y acaban de abrir uno que se llama Catacumbas y está ubicado en una calle que está justo detrás de la presidencia municipal, sobre la calle de Alonso”.

En este último lugar, dijo la ex regidora, “Ya reservaron tres cajones de estacionamiento y hasta pusieron bancas públicas para la gente que está en la fila de espera”.

Para seguir incrementando la afluencia a los Museos de su propiedad, la familia mantiene presión permanente con guías y promotores de turismo y los costos de ingreso están prácticamente a la mitad de lo que cuesta entrar al Museo Institucional.