La propuesta de aumentar la tarifa del transporte urbano de 10 a 15 pesos ha encendido el malestar entre cientos de salmantinos que todos los días dependen del camión para llegar a sus trabajos, escuelas o centros de salud. La solicitud fue presentada por concesionarios ante la Comisión Mixta Tarifaria, bajo el argumento de que los costos operativos ya rebasaron por completo el ingreso diario que generan las rutas.

Los transportistas aseguran que el precio del diésel, las refacciones y el mantenimiento de las unidades están ahogando al sector. Algunos operadores han advertido que sin un ajuste inmediato, varias rutas podrían reducir su servicio o incluso parar por completo. “No se trata de hacernos ricos, se trata de no cerrar”, declaró uno de ellos.

Sin embargo, la ciudadanía no está convencida. Para muchas familias, el aumento de cinco pesos por pasaje representa un impacto directo en su economía diaria, especialmente en hogares donde más de dos personas utilizan el transporte varias veces al día. Además, la inconformidad no es solo por el precio, sino por el estado del servicio. “Camiones sucios, con los asientos rotos, sin aire, choferes que ni saludan y rutas que te dejan tirado si vas tarde. ¿Y así quieren cobrar más?”, expresó una usuaria en la zona centro.

A pesar de que aún no hay una resolución oficial, la posibilidad de que el nuevo precio entre en vigor ha generado una lluvia de críticas en redes sociales. Usuarios exigen que, si se autoriza el aumento, venga acompañado de mejoras reales: unidades modernas, mejor trato, rutas más seguras y cumplimiento de horarios. No quieren pagar más por el mismo abandono.

El gobierno municipal se encuentra revisando la solicitud, pero mientras tanto, los usuarios no bajan la guardia. La pregunta flota en el ambiente: ¿de qué sirve pagar más, si el servicio sigue igual o peor? La respuesta, por ahora, sigue sin llegar. Lo que es un hecho, es que en Salamanca el transporte público ya no solo es un tema de movilidad: es un reflejo claro de cómo se vive, se gasta y se resiste… todos los días.