
Lo que empezó como la ilusión de tener un auto propio, terminó como una pesadilla financiera para un ciudadano salmantino que denuncia haber sido víctima de un presunto fraude por parte de Autofin Monterrey, empresa que se promociona como una opción accesible para adquirir vehículos, pero cuya realidad, dice, dista mucho de lo que prometen.
El afectado asegura que, motivado por la publicidad atractiva y el trato amable del personal, decidió dar el paso: realizó un depósito de 10 mil 800 pesos como anticipo para comenzar el trámite y recibir, según le indicaron, su coche “en poco tiempo”.
Pero pronto se encontró con una sorpresa desagradable: el contrato que firmó no garantizaba la entrega inmediata del auto, sino que se trataba de un esquema de ahorro colectivo tipo tanda, donde la adjudicación del vehículo depende de sorteos o aportaciones extra.
Al percatarse del funcionamiento real y querer cancelar, todo se complicó.
Al cliente le prometieron algo y le entregaron otra cosa. Cuando pidió cancelar dentro del plazo, le pusieron trabas, le daban información diferente cada vez que llamaba y le advirtieron que su dinero podía tardar mucho en regresar.
La frustración aumentó cuando el mismo personal de Autofin Monterrey le sugirió acudir a la PROFECO.
Ahora, el ciudadano quiere evitar que más personas caigan en lo que considera una práctica engañosa. Su recomendación: no dejarse llevar por promesas atractivas sin leer a fondo el contrato, investigar antecedentes y consultar con la PROFECO antes de firmar.
Hay que tener cuidado, porque no todo lo que brilla es oro, advirtió víctima.