El icónico Panteón de Las Flores, con décadas de historia, presenta severas grietas en su barda perimetral, la cual se encuentra al borde del colapso.
Vecinos y visitantes del campo santo han exigido la intervención urgente de las autoridades municipales para evitar una tragedia que pudo prevenirse con mantenimiento básico.
Pero la situación no es exclusiva del Panteón de Las Flores, tan solo a unos kilómetros, el Panteón de La Cruz revela un panorama también de descuido en donde se puede observar maleza crecida, acumulación de basura en los espacios, interiores convertidos en vertederos improvisados. La falta de atención deja en claro el abandono de estos espacios, que deberían conservarse como sitios de memoria y respeto.
Las condiciones en ambos cementerios reflejan un problema de infraestructura que va más allá de lo estético. La seguridad de quienes visitan a sus seres queridos está comprometida, y la dignidad de los difuntos parece relegada a segundo plano.
Habitantes de Salamanca insisten en que no se trata solo de reparar o derrumbar una pared perimetral, sino que es momento de reevaluar el compromiso de las autoridades locales con el cuidado y preservación de estos espacios patrimoniales de Salamanca y su gente.



































