A más de un año de gestión, las promesas de cercanía con la ciudadanía por parte del presidente municipal de Salamanca, César Prieto, contrastan con el sentir de los habitantes. Lo que para el alcalde son compromisos de no fallar a la gente, para muchos salmantinos se ha convertido en decepción y en la certeza de que fueron olvidados tras las elecciones.
“Agradezco a la gente de Salamanca que confió nuevamente en mí, que a pesar de las dificultades que implica una ciudad con un rezago tan importante como el que tenemos aquí en Salamanca y en varias partes de Guanajuato… no tenemos derecho a fallar”, afirmó César Prieto.
Sin embargo, la voz ciudadana contrasta con las palabras del alcalde. Vecinos de distintas colonias y comunidades señalaron que, después de las visitas realizadas durante la campaña para pedir el voto, nunca más volvieron a ver a las autoridades municipales.
“Pues nada más cuando fueron a que votaran por ellos, hija. A eso van nada más, a ganar el voto y a hablar muy bonito, mientras que ganan el hueso, como dice mi madre. Y cuando ya lo tienen, se olvidan”, expresó ciudadana salmantina.
Mientras César Prieto asegura que su administración “no tiene derecho a fallar ni a hacer a un lado a la gente”, la percepción de la ciudadanía es completamente opuesta. Comerciantes afirman sentirse ignorados, ya que han intentado en repetidas ocasiones concretar una cita con el presidente municipal, pero siempre reciben la misma respuesta: “la agenda está llena”.
“Nosotros hemos ido a solicitar una entrevista con él y no hay, luego luego nos dicen: ‘es que ya la agenda ya está llena, déjenos su número de su teléfono y nosotros le llamamos’. Nunca nos han llamado, seguimos esperando”, reprocharon.
Este sentir deja en evidencia que, mientras el discurso oficial habla de cercanía, en la práctica los ciudadanos enfrentan indiferencia, falta de respuesta y promesas que nunca se cumplen.


































