Colonos de Las Reynas denuncian caos vehicular provocado por padres de familia de escuela ubicada en la entrada de la colonia, piden a la dirección escolar y a las autoridades que pongan orden. 

Vecinos de la colonia Las Reynas han expresado su molestia ante el constante desorden vehicular generado por los padres de familia que acuden a la escuela ubicada en la entrada de la colonia. Las quejas se centran en las dobles filas, vehículos estacionados sobre guarniciones y camellones, así como el prolongado tiempo que tardan en subir y bajar a los estudiantes y faltas de respeto por tutores.

“Es un desastre todos los días. Puras mermas para entrar o salir de la colonia porque los vehículos irresponsablemente están por todos lados. Los padres se estacionan en doble fila, sobre las banquetas y hasta en el camellón. Se tardan mucho en bajar o subir a los niños y nadie hace nada para poner orden”, declaró María López, vecina afectada.

Los colonos exigen una pronta solución por parte de las autoridades municipales y de la dirección de la escuela, ya que el caos vial no solo genera molestia, sino que también representa un riesgo para la seguridad de los peatones y automovilistas, pues ante los contratiempos, muchos papás manejan sin precaución.

«Ya van tarde y manejan sin responsabilidad, entran barriéndose a la colonia y luego al dar la vuelta para salir después de dejar a sus hijos, varios se llevan de corbata a quien pase por su camino, no se vale», señaló vecina.

Además, algunos vecinos han sugerido implementar operativos de tránsito durante las horas pico y establecer que se respeten las zonas de ascenso y descenso más eficientemente para evitar el congestionamiento.

Así mismo piden a la dirección del plantel que pida responsabilidad a los padres de familia para que no existan problemas entre ciudadanos pues ha habido ocasiones en que padres de familia incluso insultan a quienes piden cordura.

«La semana pasada le dije a un padre que por favor se quitara de un lugar prohibido y delante de su hija me levantó el dedo (…) estamos hablando de una escuela, no de un reclusorio», concluyó testimonio.