En pleno corazón de Salamanca, el Jardín Constitución, que debería ser uno de los espacios más limpios y representativos del municipio, luce deteriorado y sucio, no solo por lo que comerciantes y visitantes han comentado, sino que es una situación lamentable que se puede observar con facilidad al llegar al lugar y es que según mencionan, la falta de botes de basura suficientes, sumada a la ausencia de mantenimiento por parte de las autoridades municipales, ha provocado que las jardineras se conviertan en basureros improvisados.
Durante un recorrido por la zona, se constató que muchos de los pocos botes disponibles están completamente rotos, sin bolsa o saturados, mientras que otros simplemente no están instalados en puntos estratégicos.
Ante esta situación, ciudadanos y visitantes optan por dejar los desechos en las jardineras, a un costado de las bancas o al lado de los mismos botes sin bolsa, afectando la imagen urbana y generando un foco de infección.
“Queremos un centro bonito, limpio, pero no hay dónde tirar la basura. Los botes están todos rotos y a veces pasa uno y ya no hay donde depositarla, hay bien poquitos instalados, por eso muchos prefieren dejarla en las jardineras”, comentó una comerciante que asegura haber visto a más de uno dejando la basura ahí.
El abandono por parte de las autoridades municipales es evidente, ya que las jardineras diariamente tiene restos de basura, envases, envolturas de comida, botellas y colillas de cigarro, lo que da un aspecto de descuido al principal punto de reunión familiar y turística de Salamanca, esto sin hablar de la falta de riego de las mismas áreas verdes.
Vecinos y locatarios han solicitado en repetidas ocasiones que el área de Servicios Públicos Municipales instale nuevos botes, repare los existentes y refuerce las labores de limpieza, sin embargo, hasta el momento no se ha atendido el problema de fondo.
“Parece mentira que siendo el centro de la ciudad, esté así, porque también huele mal en algunas lugares, como ahí en la esquina de la Tocumbo, siempre huele a drenaje y restos de comida o grasa”, mencionó ciudadana.
Además de la responsabilidad de las autoridades de proporcionar el mobiliario adecuado, la situación también exige mayor conciencia ciudadana, pues muchos salmantinos y turistas siguen arrojando basura al suelo sin importar el entorno, contribuyendo al deterioro de este importante espacio de convivencia.


































