Lo que debía ser un ambiente festivo se convirtió en uno tenso cuando el piso húmedo, producto de los químicos que simulan nieve, provocó resbalones y momentos de tensión entre los peatones del primer cuadro de Salamanca.
Después de unas horas en funcionamiento el suelo del Andador Revolución comenzó a mostrar charcos y superficies resbaladizas. “Se ve bonito, pero uno no sabe si va a terminar en el suelo”, comentó una transeunte de la zona.
La instalación, pensada para recrear un ambiente invernal, no contempló medidas de seguridad suficientes para evitar accidentes. Peatones de la zona señalaron que, aunque la intención es dar vida al centro histórico, la falta de precauciones puede convertir la celebración en un problema de salud pública.

































