Apenas una semana después del trágico tiroteo en la fiesta patronal de Infonavit Malanquin (donde perdieron la vida tres hombres y resultaron heridas 18 personas), las autoridades municipales de San Miguel de Allende decidieron cerrar, con sellos gigantes en donde se lee “Cancelación de Actividades”, al menos cinco establecimientos que vendían bebidas alcohólicas en esa zona.
Ante tales medidas, hay quienes aplauden el proceder, aunque reconocen que llega muy tarde y afirman que los comercios de bebidas etílicas debieron ser regulados hace mucho tiempo, sobre todo porque estaban abiertos a altas horas y sin supervisión. Sin embargo, otros expresan preocupación por la estigmatización del lugar, ya que aseguran que las clausuras, a las que se suma la detención de varios jóvenes (sin razón aparente), les quitan oportunidades y golpean económicamente a las familias que ya de por sí viven momentos difíciles tras la tragedia.
Fue el pasado lunes 18 de agosto cuando la tranquilidad de la colonia Infonavit Malanquin se vio apagada. Lo que debía ser una celebración en honor a la Virgen de San Juan de los Lagos, se convirtió en una pesadilla. Un ataque armado irrumpió la fiesta patronal provocando pánico entre vecinos y visitantes. Aunque el móvil aún se investiga, hay indicio de que fue un acto dirigido a personas específicas entre la multitud. La zona quedó marcada por el miedo y el desconcierto.



































