Durante el Festival Regional de la Nieve en Salamanca, en plena Plazoleta Hidalgo y frente a autoridades locales, una maestra de danza fue víctima de robo.
Le sustrajeron su maleta de trabajo, que contenía vestuario, planeaciones y materiales esenciales para sus clases.
Ella acudió con su escuela Proarte a representar con orgullo a la ciudad, y terminó enfrentando una situación indignante.
Lo único que pide es recuperar sus pertenencias. No busca culpables, solo quiere de vuelta su ropa de danza y sus documentos de clase.
Lo grave no es solo el robo, sino el contexto, pues ocurrió frente a quienes deberían garantizar seguridad. Si esto pasa bajo la mirada de las autoridades, ¿Qué puede esperar el resto de la ciudadanía que no cuenta con vigilancia ni respaldo?
De acuerdo con la opinión pública, Salamanca merece eventos seguros, y sus artistas merecen respeto.


































