Ana Luz Solís, corresponsal y fundadora de News San Miguel, no se quedó callada en medio del Encuentro Nacional de Mujeres Periodistas celebrado recientemente en la Ciudad de México. Se plantó frente a colegas y medios para compartir la cruda realidad que enfrenta desde su labor investigativa: “Me atacan, invaden mi vida, señalando mi trabajo y mi persona”, denunció con emotiva firmeza.
Solo por destapar posibles casos de corrupción y exponer redes políticas turbias, la periodista asegura que no solo su voz ha sido silenciada, también su vida personal ha sido vulnerada. ¿Cómo? “Han usado mi cuerpo, mis relaciones y hasta mis fotografías como forma de violencia por mi género”, relató con valentía.
Estas agresiones no son aisladas. Forman parte de un problema más grande que el reciente informe ya que existen al menos 1,189 agresiones documentadas, siendo el 2020 el año más violento con 244 casos. Marzo, cuando se conmemora el #8M, resultó uno de los meses con mayor peligro para las comunicadoras.
El informe no solo señala el número, sino que enumera los tipos de violencia:
- Bloqueos informativos (14.3 %),
- Amenazas (13 %), intimidaciones (12.2 %) y
- Desacreditación del trabajo periodístico (12.1 %)
y enumera a quienes ejercen esta violencia:
Principalmente autoridades estatales (18.4 %) y municipales (13.4 %), junto con actores civiles y usuarios en redes.


































