Un futuro para nadie.
Por : Eber Sosa Beltrán.
Psicólogo y activista social
Interesado en el género, el medio ambiente y los derechos humanos.
Nuestra sociedad contemporánea enfrenta importantes desafíos que nos llevan a cuestionar nuestro estilo de vida y el propósito de nuestra existencia. Los modelos económicos, sociales, políticos y culturales vigentes han resultado insuficientes para resolver las crisis actuales que de manera evidente o sutil afectan nuestra salud, nuestro bienestar y nuestro porvenir. Aún así, todos los días actuamos con normalidad como si nada de esto estuviera sucediendo, logrando ser indiferentes al sufrimiento y al desastre que genera nuestra forma de vivir, nos habituamos al desastre, a coexistir con la violencia, a no cuestionar nuestro consumo desmedido, nuestra rutina diaria en la que día a día se ven atropellados nuestros derechos y los de las demás personas, nuestras ciudades, saturadas de ruido y contaminación son, no solo hechos cotidianos sino globales. Este escenario ha despertado la suficiente indignación en Greta Thunberg una joven sueca de 15 años quien en la pasada Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP24 de la ONU en 2018, nos convocó a revisar seriamente cuál mundo dejaremos a nuestras futuras generaciones. Sin duda una de las preocupaciones que compartimos en nuestros entornos familiares, es la formación de nuestras hijas e hijos para el futuro, desde la satisfacción de sus necesidades básicas, hasta las decisiones que serán más trascendentes; tenemos una gran inquietud por brindarles calidad de vida y es la razón de nuestros desvelos y sacrificios, preparar a nuestros hijos para la vida, evitarles sufrimientos y penas y no frustrarlos demasiado, a menudo esforzándonos en la búsqueda de cumplir sus anhelos. Y puede ser que todo esto no sea por sí mismo un problema, después de todo buscamos que nuestras hijas e hijos tengan éxito en un mundo altamente competitivo, que tengan estudios y al ser adultos obtener un buen trabajo, que encuentren el amor y cumplan todos sus sueños. Sin duda este modelo de vida nos vuelve algo complicados, estresados, exigentes, inconformes e impacientes, tal vez por eso buscamos extender nuestros momentos de ocio lo más posible y deseamos con desesperación la primera oportunidad para salir de vacaciones al oasis natural más cercano, pero este movimiento no necesariamente conduce a una transformación, salir de la desesperación para regresar a ella, es algo que no tiene sentido, volver a la normalidad como si no pasara nada es respirar el mismo ambiente tóxico que nos condujo a huir. ¿Y cómo podríamos huir de nosotros mismos? Afortunadamente existen cada vez más voces y experiencias que nos dicen que es posible, no son personas muy populares, tampoco tiene mucho éxito, ni trabajos fabulosos, son a menudo desafiantes, humildes y escuchan con atención, son sanadoras más que apaciguadoras, interesadas por la vida y cuidadosas con los seres vivientes, saben que si alguno no tiene un hogar, ningún ser lo tendrá. Si tú eres una de esas personas, debo decirte que te necesitamos más que a cualquier otra cosa en el mundo y si en tu camino aún no las has encontrado piensa seriamente si vas hacia el rumbo adecuado.