Por: Iván Juárez Popoca
ES UNA IRRESPONSABILIDAD que muchos padres, con tal de que no los estén molestando, dejan a sus niños con el celular, con internet y acceso a todo tipo de mensajes estúpidos, a escenas de violencia y pornografía… y cosas peores, como el reggaeton y la nacomúsica.
Como profesor de preparatoria me doy cuenta de cómo muchos alumnos han sido abandonados, por progenitores que tienen que trabajar y no tienen tiempo para sus hijos, anteponiendo la búsqueda de bienes materiales a la convivencia familiar… no comprenden las consecuencias nefastas que tendrán que soportar más adelante: rebeldía de los jóvenes, agresividad, drogadicción, suicidio…
Desafortunadamente el sistema capitalista prioriza el trabajo, la explotación del hombre por el hombre, el consumismo, la enajenación y el consumismo. Sin embargo, los padres de la nueva generación podrían darse cuenta de la decadencia que ha producido estas prácticas y procurar estar más tiempo con sus seres queridos y menos tiempo pegados a una computadora o con el celular en la mano, podrían –dentro de ciertos límites de sobrevivencia- trabajar menos y amar más. Sé que esto no es fácil, pero tampoco es imposible cuando existe la suficiente conciencia para ser unida con la voluntad.
En el nivel bachillerato muchos chicos presumen que se la pasan viendo porno, son adictos a los juegos de video y pierden gran parte de su vida leyendo memes tontos y de una negatividad similar a la que permea a la sociedad actual.
Sí para ciertas parejas es imposible estar al tanto de la educación de sus hijos, sí han de poner en manos de un bebé una pantalla o estarle comprando cada rato a su adolescente el celular del momento (por sentimientos de culpa que aprovechan los muchachos…) cuando menos deberían analizar opciones, tales como el acceso restringido: una programación que solamente incluye programas educativos, de información interesante y contenidos para menores de edad, con un enfoque de diversión sana, o al menos no tan insana.
También -hay padres que lo hacen- se puede supervisar el tiempo y la calidad en que es utilizado el Internet. Y esto requiere esfuerzo y tiempo, no es fácil. Sin embargo, y eso parece que no es concientizado por muchos, puede hacer la diferencia entre la felicidad o infelicidad de un muchacho, una familia, una sociedad…el mundo entero.