Cambios en materia de agua
Por: Alberto De la Torre Gleason
El agua es un recurso natural que ha sido determinado por el consenso de la Organización de las Naciones Unidas como un derecho para todos los seres humanos y por su problemática mundial en cuanto a la cantidad disponible y calidad, como un recurso estratégico como los mismos energéticos.
Sin embargo, para ir permeando tanto derechos a su goce como la obligación en sus cuidados y recuperación, en México, debemos de realizar una serie de cambios que van desde la conciencia en el uso del agua hasta el desarrollo de la estructura jurídica apropiada y las instituciones públicas que administren debidamente el recurso agua.
La participación ciudadana informada, genuina y no simulada, es clave para los retos que amerita la reorganización de la gestión del agua en México y el mundo, siempre teniendo en mente que sin agua no hay vida, de ahí la importancia de no escatimar esfuerzos ni recursos humanos y financieros para garantizar el agua para nuestra generación y para las futuras.
Nacionalmente tenemos en puerta tanto la actualización del Programa Nacional de Desarrollo y todos los programas periféricos y secundarios que arropen al primero, y deben quedar ahí plasmadas las líneas estratégicas medioambientales que garanticen el cambio de rumbo que necesitamos para manejar de manera sostenible nuestros recursos naturales, incluyendo el agua.
El Programa Nacional Hídrico 2014 – 2018 mismo que debe en breve actualizarse e instrumentarse dice lo siguiente: «Hoy por hoy, el agua debe ser apreciada como un elemento integrador que contribuya a dar paz a los mexicanos, para evitar conflictos y dar seguridad a todos; que contribuya a ser un factor de justicia social, que todos los mexicanos tengan acceso al recurso de manera suficiente, asequible, de buena calidad y oportunidad para hacer valer el derecho humano previsto en el artículo 4 constitucional, que sea un elemento que contribuya a disminuir la pobreza en el país y que propicie el bienestar social.»
El Papa Francisco describe en su Encíclica Laudato Si’ (sobre el cuidado de la casa común) lo siguiente: «En realidad, el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamen¬tal y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el de¬recho a la vida radicado en su dignidad inalienable. Esa deuda se salda en parte con más aportes econó¬micos para proveer de agua limpia y saneamiento a los pueblos más pobres. Pero se advierte un derroche de agua no sólo en países desarrolla¬dos, sino también en aquellos menos desarrolla¬dos que poseen grandes reservas. Esto muestra que el problema del agua es en parte una cuestión educativa y cultural, porque no hay conciencia de la gravedad de estas conductas en un contexto de gran inequidad.»
En tanto se actualizan programas y planes de la recién llegada administración del gobierno federal, cuando menos en el discurso a estos tres meses de funciones, menciona lo siguiente referente al agua: «…y se han establecido garantías de que no se privatizará el agua, además, se cuidarán y crearán nuevas reservas naturales y se protegerá la flora y la fauna de nuestro territorio.»
En el municipio de Salamanca, Gto., desde marzo del 2018 nueve organizaciones de la sociedad civil de Salamanca junto con el Consejo Técnico de Aguas del acuífero Irapuato – Valle de Santiago (COTAS), este último como el cuerpo de expertos y bajo la tutoría de la Universidad de Guanajuato, vienen trabajando en el proyecto denominado “RESCATE Y DEFENSA DE LA CUENCA DEL RÍO LERMA – CHAPALA – RÍO SANTIAGO” .
Por su parte el Observatorio Ambiental Ciudadano Biósfera ya ha puesto en operación la carpeta de materiales para las campañas de concientización apoyada en La Carta de la Tierra y de Educación Ambiental Informal dentro de los diferentes sectores que integran la sociedad civil organizada, en espera que el gobierno municipal haga otro tanto en los diferentes niveles del sector educativo formal.
El agua es de todos y para todos, por tanto, requiere la participación consciente y organizada de todos.
