Organizaciones de la sociedad civil han coincidido desde hace más de diez años en que para atender la problemática del agua de la llamada Cuenca de la Independencia, en Guanajuato, lo primero que se tiene que hacer de manera urgente es dejar de consumir agua fósil, ya que pozos han sido explotados por las empresas agro-exportadoras durante décadas.
Los organismos sociales han trabajado técnicas de recuperación del agua de lluvia denominada cosecha de lluvia como una alternativa al consumo de agua fósil.
El número de perforaciones en la zona norte del estado ha aumentado en forma exponencial y actualmente existen más de 2 mil 400 pozos, según han señalando de activistas y ambientalistas de la región norte del Estado.
Hasta hace poco la Cuenca de la Independencia había sido manejada oficialmente como dos acuíferos –Río Laja y Laguna Seca– causando una política de explotación del agua subterránea de la región.
Los defensores de la cuenca han enfatizado en que la Cuenca de la Independencia –que abarca San Miguel de Allende, Doctor Mora, Dolores Hidalgo, San Felipe, San Diego de la Unión, , San Luis de la Paz y San José Iturbide–, se ubica en la región más árida de Guanajuato y la actividad económica más importante es la agricultura, de ahí la importancia de difundir la problemática que afecta a miles de habitantes y tomar acciones al respecto.
LAS AFECTACIONES
La Asociación de enfermos de insuficiencia renal y cáncer Ayúdame A.C., el Charco del Ingenio y el Centro de Desarrollo Agropecuario (CEDESA), y la CODECIN han sido tajantes al señalar que el daño provocado por el consumo de agua fósil ha repercutido en la salud de miles de habitantes de los municipios que conforman la Cuenca de la Independencia a través de los años siendo ya un problema de salud pública que autoridades gubernamentales y de salud no han querido abordar.
Dolores Hidalgo ocupa el primer lugar en el estado con enfermos de Insuficiencia Renal Crónica (IRC) con un registro en la actualidad de ochocientos enfermos, y el cuarto lugar a nivel nacional.
El geólogo y científico Marcos Adrián Ortega, como investigador del centro de geociencias de la UNAM, realizó en 2009 un trabajo de toma de muestras de agua en grifos en viviendas de ciertas zonas en la ciudad de Dolores Hidalgo y comunidades del mismo municipio que presentaban un mayor número de incidencias de enfermos de ICR. Los resultados encontrados después de análisis exhaustivos realizados en laboratorios determinaron que el agua contenía arsénico y flúor fuera de los parámetros establecidos por la Norma Oficial Mexicana en el caso del arsénico, y flúor por arriba de la norma de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con dichos datos concluyó que las altas concentraciones de sustancias podrían considerarse como un factor de alto riesgo por la probabilidad que traen de provocar ICR.
El científico recomendó en ese entonces que se instalaran filtros especiales en los diferentes pozos para atenuar la presencia de los metales pesados.
El estudio se enfocó en analizar la calidad del agua que se estaba consumiendo en los puntos de mayor incidencia en número de enfermos renales, por lo que la asociación de enfermos renales Ayúdame considera que las afectaciones son reales.
“Nosotros entregamos el estudio a las autoridades correspondientes concluyendo que los factores encontrados eran elementos bastos para precisar que coadyuvan a contraer en los seres humanos la ICR.
Desde 1998 hemos referido a las autoridades municipales, estatales y federales todos y cada una de las diferentes investigaciones realizadas a lo largo y ancho de la Cuenca de la Independencia, pero parece que prefieren la indiferencia y la apatía”, aseguró Marcos Adrián Ortega, doctor en ciencias e investigador del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con sede en Juriquilla, Querétaro.
Para César Arias y Mario Hernández, presidente y director respectivamente del Jardín Botánico El Charco del Ingenio, la sobreexplotación de los mantos acuíferos a lo largo y ancho de la cuenca genera problemas de salud, sociales, políticos, culturales y económicos.
Por su parte, Graciela Martínez Delgado, Coordinadora General del CEDES, coincide en que son docenas de comunidades con diversas problemáticas de salud por el consumo del agua, “son aguas ya muy profundas de 200 a 300 metros de extracción y por ende, la presencia de sustancias tóxicas para el organismo humano”.
La fluorosis, precisa Graciela, es una constante que se ve reflejada en la dentadura muy amarilla casi café en los dientes de los jóvenes y esto es muy notorio en comunidades de San Miguel de Allende, San Luis de la paz, San Diego de la Unión y otros municipios que abarca la Cuenca de la Independencia.
La activista precisa que “es indignante y preocupante a la vez, ver cómo la gente de las comunidades está padeciendo una serie de problemas de salud, la fluorosis es de varios tipos no es nada más los dientes cafés en los jóvenes, sino que va más allá”. Ciertos tipos de fluorosis provocan dolores musculares, de huesos y en casos extremos daño neuronal, todo ello documentado por investigadores que ha venido trabajando el problema.
SITUACIÓN ACTUAL
Este mes organizaciones civiles lograron que la caravana internacional Toxi-Tour compuesta por eurodiputados, legisladores del Congreso estadounidense y organizaciones nacionales e internacionales recorrieran parte de la Cuenca de la Independencia para escuchar el clamor de la población de los municipios afectados.
Los visitantes se llevaron por escrito lo expuesto por campesinos, comuneros, pobladores, activistas y ambientalistas principalmente de San Miguel Allende, San Luis de la Paz, San José Iturbide y otros puntos del estado como León, y Salamanca.
Una vez concluido el recorrido de los observadores internacionales, tuvieron un encuentro con el Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Víctor Toledo, quien escuchó sus demandas. A la reunión acudieron representantes de la CODECIN, y Guardianes de la Cuenca entregó al Secretario más de dos mil firmas recolectadas en contra de que se instalen proyectos de minería como en el Cerro del Gallo y darle a conocer los análisis que datan de hace más de una década.
Fuente: ZONA FRANCA