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B I Ó S F E R A Coronavirus, medioambiente y capitalismo

Por: Alfonso Díaz Rey La pandemia ocasionada por la expansión a prácticamente todos los países de la nueva cepa del coronavirus (Covid-19), que apareció en China el pasado diciembre...

Por: Alfonso Díaz Rey

La pandemia ocasionada por la expansión a prácticamente todos los países de la nueva cepa del coronavirus (Covid-19), que apareció en China el pasado diciembre 2019, ha mostrado una vez más que cuando se rompe el equilibrio en el medioambiente, los impactos que ello ocasiona irremediablemente se hacen presentes, con afectaciones a escala planetaria.

Los países que aplican el sistema capitalista, basado en la irracional explotación del hombre y la naturaleza, generador de injusticia, desigualdad e inequidad, sobre todo en su versión neoliberal, ha creado grandes desequilibrios no solamente en la naturaleza, sino en aspectos sociales, culturales y económicos, lo que equivale a decir, en la totalidad del medioambiente.

La presencia mundial del Covid-19 y sus efectos, así como en su momento el síndrome respiratorio agudo grave (SARS) y otros problemas de salud que se creían erradicados o controlados, han reaparecido de modo alarmante, afectando mayormente a los estratos más vulnerables de la sociedad, a los económicamente más débiles.

La tendencia a privatizar los sistemas de salud pública, la precarización del trabajo y los salarios, la pérdida de conquistas laborales y sociales, el desempleo y el férreo control ideológico que las clases dominantes ejercen sobre el resto de la población; todo ello aunado a los efectos de la absurda e irracional explotación de la naturaleza, ha dado como resultado la aparición de condiciones propicias para la mutación y rápida difusión de virus y otros agentes patógenos para los que no se dispone de medios de control o eliminación.

Además de las afectaciones a la salud provocadas por la contaminación en todas sus formas, el incremento de radiación ultravioleta, la deforestación, la erosión de suelos, la elevación del nivel del mar, el cambio climático, etc.

Otro aspecto del actual problema es que la pandemia ha coincidido con la agudización de una crisis económica, la que en su actual fase empezó a gestarse cuando en los centros hegemónicos del sistema pensaron resuelta la de 2008-2009, con el salvamento a los grandes bancos, aseguradoras y corporaciones financieras, a costa de mayores sacrificios para los pueblos. Esta crisis, que organismos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional advirtieron desde hace más de dos años, el sistema pretende mostrarla como efecto de la pandemia del Covid-19.

Como en anteriores ocasiones, las clases dominantes se protegerán. Buscarán que las medidas que emprendan los gobiernos favorezcan sus intereses y, como consecuencia de ello, los más afectados serán, como siempre, los trabajadores, que conforman la inmensa mayoría de la sociedad y de los pueblos.

Paralelamente a que se develan las miserias del sistema, como la xenofobia y el racismo, o de quienes mediante una desmedida y criminal especulación intentan incrementar u obtener ganancias y sacar ventajas de la actual situación; paradójicamente, los efectos de la crisis en buena parte del sector industrial han dado como resultado la reducción temporal de la contaminación y las condiciones que ocasionan el calentamiento de la atmósfera y la superficie de nuestro planeta, que están contribuyendo a acelerar el cambio climático. Lo anterior demuestra cuán peligroso es el modo de producción imperante y la necesidad urgente de un cambio en las relaciones sociales en favor de la vida en este planeta.

En toda crisis se dirimen contradicciones. Cuando se resuelven a favor de quienes las crean y agudizan, se cae en un círculo vicioso del que solamente es posible salir con cambios radicales a nivel personal y colectivo.

Por ello, como pueblos conviene sacar enseñanzas de la actual situación para encontrar una manera sostenible de mantener nuestra existencia, erradicar el consumismo y hábitos inadecuados que nos conducen a la autodestrucción.

En la medida en que, también como pueblos, comprendamos que la solidaridad nos puede salvar de cualquier crisis, será posible la construcción de un mundo mejor.

Salamanca, Gto., 29 de marzo de 2020.  

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Un comentario
  • MBA Francisco Romero Orozco
    29 marzo 2020 at 4:02 PM
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    LOS ADORADORES DE GAIIA LA MADRE DE SATANAS. El Ex Director de la CIA, magnate industrial de medicamentos Lindon Larouche en su libro Análisis Político informa de esa alta secta mundial que tiene entre sus objetivos la eliminación de los viejitos mayores de 39 años por improductivos, costosos y robarles sus afores, pensiones y patrimonios entre otras cosas, con una acción de guerra virular . El Presidente de Rusia ya les quitó la máscara a esos malditos satanicos. Por cierto el Sr. Larouche nunca ha sido desmentido.

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