La historia de los hermanos Galvan Frías es auténtica.
Llevan más de 20 años trabajando juntos en panteones y nos comparten su experiencia.
Apenas el reloj marca las 5:30 a.m. y ya se alistan para ir a trabajar al Panteón Municipal situado en la comunidad de Valtierrilla.
Paulo Galvan Frías es el mayor.
Y a punto de quebrarse en llanto dijo sentirse agusto y agradecido con su trabajo destacando la importancia de atender con amabilidad a todas las personas que visitan el campo santo.
Pero los reporteros no desaprovecharon la oportunidad para preguntarles acerca de los actos paranormales que según la gente se vive en los panteones.
Paulo se desvive por agradecer infinitamente el ser parte de los trabajadores del Panteón de Valtierrilla a tal grado de querer derramar lágrimas en plena entrevista.