fbpx

ETERNA JORNADA

Llamado perenne Por: Alfonso Díaz Rey ¡Proletarios de todos los países, uníos! C. Marx, F. Engels. El Manifiesto Comunista Hace unas semanas se conmemoró el Día Internacional de los...

Llamado perenne

Por: Alfonso Díaz Rey

¡Proletarios de todos los países, uníos!

C. Marx, F. Engels.
El Manifiesto Comunista

Hace unas semanas se conmemoró el Día Internacional de los Trabajadores. Fue un 1 de mayo atípico. Las plazas y las calles en las que suelen llevarse a cabo las grandes marchas y concentraciones de trabajadores se vieron vacías. La razón: la pandemia causada por el nuevo coronavirus, que asola al mundo.

La crisis mundial sanitaria, provocada por la irrupción y diseminación del SARS-CoV-2 en prácticamente la totalidad del planeta, tuvo un enorme efecto sinérgico con los desórdenes y problemas que gestaban una crisis económica que estaba próxima y, con el nuevo coronavirus como catalizador, detonó antes y con mayor fuerza de lo que hubieren deseado desde los centros de poder oligárquico.

Si a ello agregamos que las crisis se han vuelto estructurales, la presente abarca los más variados campos y actividades del quehacer humano y la mayor afectación, como en todas las crisis, la padecen quienes tienen que vender o hacer uso de su fuerza de trabajo para conseguir el cotidiano sustento.

Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), por causa de la pandemia podrían perder su trabajo cerca de 1600 millones de personas que laboran en el sector informal de la economía y, solamente en el segundo trimestre de este año, más de 300 millones del sector formal.

Por el otro lado, los grandes empresarios reclaman de los gobiernos nacionales se les rescate con fondos públicos para, según ellos, preservar el empleo, aunque en realidad lo que buscan es mantener sus ganancias. Siempre lo han hecho y lo han conseguido.

El hecho de que para mantener sus niveles de acumulación y de ganancia se proteja al capital y el peso de las crisis se transfiera al pueblo trabajador, ha provocado la continuación de un círculo vicioso en el que al final de cada ciclo, cuando estiman que se ha superado la crisis, lo que en realidad sucede es que se crean las condiciones para el surgimiento de una nueva; con el agravante de que en la versión neoliberal del capitalismo, no bien se sale de una crisis cuando se manifiestan los síntomas de la venidera; lo que se traduce en un eterno y progresivo deterioro de las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores y, de manera más cruda de las mujeres trabajadoras.

En el mundo capitalista, este 1 de mayo la conmemoración y homenaje a los mártires de Chicago ha tenido que darse en condiciones de confinamiento social, amenazas de desempleo, mayor precarización laboral y las carencias que ello implica para los sectores más vulnerables de la sociedad, además de los peligros que para la salud y la vida representa la pandemia que hoy azota al mundo entero.

La crisis sanitaria ha puesto al descubierto el verdadero rostro del capitalismo y las miserias humanas que ese sistema crea y reproduce; por ello ahora, más que nunca, se hace necesario y urgente reflexionar críticamente sobre el futuro que deseamos y las transformaciones necesarias para alcanzarlo, definir si continuamos en una progresiva precarización de nuestras vidas u optamos por la búsqueda de una vida digna para todos, en completa armonía con la naturaleza.

La primera opción, la más costosa para los pueblos, es continuar con la inacción y dejar nuestro futuro en manos de la oligarquía local e internacional, futuro en el que nos espera más de lo mismo, pero cada vez peor.

La segunda, implica iniciar un proceso de toma de conciencia y de unidad, a la vez que un serio esfuerzo para realizar un cambio verdaderamente revolucionario, entendiendo por Revolución el concepto expresado por Fidel Castro el 1 de mayo del año 2000, en la Plaza de la Revolución de La Habana, durante la conmemoración de la efeméride:

«Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia […]».

Hoy más que nunca tiene vigencia el llamado a los trabajadores que en 1848 hicieran Carlos Marx y Federico Engels:

¡Proletarios de todos los países, uníos!

Salamanca, Gto., 10 de junio de 2020.

Categorias
GENERAL
Sin comentarios

Deja una Respuesta

*

*

Relacionado con

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com