En un grupo de mujeres denominado “Salmantinas Unidas”, continúan las denuncias sobre acoso y tocamientos en el transporte público.

Esta ocasión la afectada contó el desafortunado hecho  después de que ayer salió de su jornada laboral.

Al trasladarse en la ruta 10 se sentó como de costumbre para ir de regreso a casa cuando de pronto un sujeto ocupó un lugar a su lado y en un santiamén puso su mano en la pierna de la chica.

“(…)El día de hoy me paso algo horrible. Salía de trabajar y como siempre agarro la ruta 10 para irme a mi casa  en la parada se subió un “hombre” y se sentó conmigo porque supuestamente ya no había más lugar. Hubo un momento en el que sentí como si mi pantalón estuviera mojado y al momento de ver el pendejo tenía su mano en mi pierna, me dio muchísimo coraje y ganas de llorar pero reaccioné, le aventé la mano y me cambié  de asiento, al momento de cambiarme de asiento él se bajó  de la combi”, testificó la afectada quien recomendó que se tenga mucho cuidado porque esto podría pasar a mayores.

Ante los hechos, salmantinas reaccionaron con sororidad y señalaron que el cuidado debe ser mutuo para enfrentar este tipo de lamentables acontecimientos.

En Salamanca, todos los días mujeres tienen que soportar este tipo de hechos que sufren presencialmente o de manera digital; es así como el acoso se ha convertido en una actividad muy practicada por masculinos que minimizan, señalan, se burlan, cosifican, revictimizan a mujeres por su forma de ser, de vestir o por cualquier característica física que no sea considerada “recatada”.

Sobre este enorme problema social, la administración de Beatriz Hernández y el Instituto Municipal de Salamanca para las Mujeres no se ven programas, iniciativas o acciones que luchen por erradicar o al menos minimizar este tipo de prácticas que laceran terriblemente a las mujeres jóvenes y adultas.