Ni el envión anímico que significó haberlo empatado a dos casi en el añadido con el golazo de Fidel Ambriz fue suficiente. La Fiera resultó ser presa de su falta de contundencia, un mal que la ha aquejado no sólo en esta campaña, sino desde hace ya varios semestres.
Ante la ausencia de Navarro, Rodríguez y Montes, Ambriz se la jugó con una línea de cuatro defensores, donde “El Avión” Ramírez y Moreno fueron los laterales, Barreiro y Tesillo los centrales, en medio campo aparecieron Colombatto junto a Meneses, abiertos Campbell y Mena, mientras que al frente formaron Dávila y Gigliotti.
Toluca, con apenas un triunfo en sus más recientes ocho compromisos, también presentó sus variantes ya que Hernán Cristante le devolvió la titularidad a Rigonato por la lateral izquierda y por detrás de Estrada se metió Castañeda.
El arranque fue vertiginoso, en sólo 10 minutos hubo dos postes, el primero de Campbell que hizo cimbrar el larguero y luego el flamante campeón de goleo, Alexis Canelo, quien mandó su disparo al vertical derecho.
Con la cancha mojada debido a la lluvia, el tiro de media distancia se convirtió en uno de los principales recursos para ambos conjuntos, sin embargo, fueron los choriceros quienes sacaron los mejores dividendos ya que al 17´ Kevin Castañeda le pegó de fuera del área y el balón terminó superando la estirada de Cota.
Parecía que los Diablos Rojos se iban con la ventaja al entretiempo, hasta que en el agregado Mena hizo conexión con Víctor Dávila y el chileno a segundo poste sólo tuvo que cruzar su remate ante el achique de García.
Para la parte complementaria, Toluca supo nulificar a un León que seguía teniendo la posesión de la esférica, aunque no mostraba mucha idea para generar peligro adelante.
Fue entonces que, con el sello de la casa, pase de Sambueza y excelsa definición de Canelo, que los pingos retomaron la ventaja al minuto 57. Otra vez La Fiera iba abajo, pero ahora con mucho menos tiempo en el reloj que ya era un rival aparte.
Obligados a ir mínimo por el empate para forzar los penales, los verdiblancos se abalanzaron sobre la cabaña de Luis García, quien en dos ocasiones le dijo que no a los intentos de Barreiro y Mena. El guardameta toluqueño ya era factor, como también fue clave la falla del “Ángel del Gol” a escasos metros de la portería.