Fue el pasado miércoles cuando con el recibimiento de la ceniza, la iglesia católica dio inicio a la cuaresma y al respecto de este tema, el sacerdote agustino Antonio Téllez nos habla del significado de estos cuarenta días, propiamente refiriéndose a la retirada de Jesús al desierto y que para el cristianismo se trata de un tiempo de cambio.
El tiempo de cuaresma, para los feligreses, es un tiempo de reflexión; comienza con el miércoles de ceniza que simboliza la fragilidad de la vida y al mismo tiempo la fortaleza que Cristo brindó a sus fieles con su sacrificio.
El padre Téllez invita a las personas a resistir las tentaciones del mundo, tales como el poder, el dinero y el prestigio o fama; para estar en armonía con Dios y se pueda entender que es el gran amigo de la humanidad.
Expresó que es Jesús quien da la pauta a lo que se debe hacer en este tiempo de reflexión y a fin de contrarrestar las tentaciones de dinero, poder y prestigio se deben llevar a cabo tres acciones indispensables: oración, limosna y ayuno.
El mensaje, en palabras de quien ha dedicado su vida al sacerdocio, es que se debe vivir con humildad, sencillez, honradez y dignidad.
Asimismo, nos habló de los niveles monetarios que representan desigualdad; por una parte está el miserable, que no tiene nada; el pobre que acaso tiene para cubrir sus necesidades más básicas y existenciales; el rico y el plutócrata que es aquel que posee gran poder por su riqueza.
Finalmente, dirige unas palabras hacia la ciudadanía salmantina.
Aunque la cuaresma es una tradición ligada a la fe católica, también puede servir como reflexión para quienes no profesan esta religión y que tengan la intención de hacer un cambio en su vida.