Eran apenas las 5 de la mañana cuando sobre diversos accesos al municipio se visualizaban los miles de peregrinos que llenos de fe y amor, hacían peregrinación para visitar al Cristo Negro, deseaban llegar al Santuario Diocesano del Señor del Hospital.
Como cada Jueves Santo, familias de todos los rincones de la República recorrían las carreteras salmantinas con el propósito de acudir al Señor del Hospital, fuera por alguna manda, para pedir por la salud de algún familiar o como parte de la tradición que desde pequeños les inculcaron.
Dotados de lámparas, chalecos reflejantes, agua, pero sobre todo, mucha devoción y fe; hombres, mujeres y niños arribaron a nuestro municipio y se dirigieron al Santuario ubicado en el Jardín Constitución para venerar al Cristo Negro.
Tras horas de largo peregrinar, el cansancio era inminente; y es que muchos comenzaron su trayecto a las 2 de la mañana, para poder llegar al alba al Santuario, al que ingresaban llenos de emotividad por haber cumplido su objetivo para luego descansar un poco a las afueras del templo.
Algunos descansaban un poco sobre las banquetas de la ciudad, comiendo un poco y sobre todo cargando energías para continuar su andar.
El reloj marcaba las 6 de la mañana y en el interior del Santuario ya se observaban llegar a los primeros visitantes; incluso a los lomitos que como este amiguito, descansaba plácidamente a la entrada del recinto, como recibiendo a los fieles.
Tras su largo andar, los feligreses pudieron degustar un poco de café, té, pan o galletas que los Grupos Parroquiales les ofrecían con suma atención y con la alegría de recibir a las personas tras los años complicados que atravesamos por pandemia, tal como lo pudo expresar la señora Teresa Luna, parte de este equipo parroquial.
No cabe duda que este 2022 ha quedado marcado en la memoria de creyentes y salmantinos en general, ya que además de volver a nuestras tradiciones y fiestas Santas, la derrama económica que se espera es un aliciente para el pueblo, con la consigna de disfrutar de estas fechas y con la esperanza de recuperar nuestra economía, nuestras tradiciones y sobre todo nuestra identidad.