POR: MC JUAN MANUEL PASCUAL ALARCÓN SÁNCHEZ
Todo lo que el hombre hace ES CULTURA, lo que se mueve en el terreno de lo producido y en lo que NO se puede materializar pero que le permite identificarse o le da sentido a la existencia humana, hablar de cultura no es hablar solamente de una cuestión artística, ésta forma parte de aquella, pero no lo es todo; también se incluyen algunos otros factores que le generan significación al ser humano: la religión, la práctica social, la tradición, la costumbre, el espacio geográfico en el que habita, su relación social y de producción, su nacionalismo, la política y sus diversas formas de incidencia, la economía y lo que surge a partir de ella, la comida y “la comida procesada”, los símbolos y signos que surgen a partir de todo lo anterior –y algunos otros elementos- que le permiten cierta permanencia en tiempo y espacio.
Sin embargo, la cultura (como arriba se define) es producto y creación del ser humano, es únicamente el hombre quien tiene facultad de hacerla y vivirla; es éste quien desde la hierafonía, establece lo que es sagrado para él o no, quien predetermina y crea el arte desde su propia composición y cosmovisión, quien trasciende una práctica de lo individual a lo social, quien perpetúa la tradición, la costumbre, quien se relaciona con su medio ambiente y espacio y dependiendo de esta relación: le obliga a vivir consecuencias que trascienden a todos los ámbitos de la existencia; es el hombre quien determina la forma de verse y ver a los otros, de co-existir, marginar, rechazar, excluir o integrar; es él –y únicamente él- que se AUTOIMPONE y AUTODETERMINA CULTURALMENTE.
La medida de la cultura está en función de crear y construir humanidad, es decir, la cultura tendría como objetivo edificar al hombre en relación con los otros hombres, afín de construir escenarios comunes y comunitarios, fraternos y solidarios donde se expresen y se vivan manifestaciones que fortalezcan esos mismos lazos. Si todo lo que el hombre hace es cultura, entonces tenemos que puntualizar que hay elementos culturales que NO están en función de dicho objetivo, que por consiguiente, pueden atentar y contraponerse con esta misma visión de cultura. ¿Cuáles son algunos de estos elementos?
Hablemos por ejemplo del Machismo como una contrariedad a la comunidad y co-existencia, o de la cultura homofóbica insistente en el desconocimiento del otro, de la cultura de consumo desmedido, de la cultura del miedo como principal ruptura a la cercanía con los demás, o la cultura del hedonismo, la cultura que se deriva en prácticas sociales como el racismo, la xenofobia, la marginación, el rechazo por la posición y clase social; la cultura religiosa de los fundamentalismos extremistas que desconocen cualquier otro tipo de re-ligare (relación con lo divino), la cultura-artística por ejemplo de la tauromaquia que insiste en presentar un espectáculo de violencia respaldándose en que es “una tradición ya consagrada”; entre otros muchos elementos culturales que en definitiva no están en condescendencia al objetivo último de lo que toda cultura persigue. Permítaseme una pregunta en este tenor ¿Podríamos justificar la mutilación del clítoris de la mujer en tribus africanas, solo porque es una tradición cultural? Hago esta analogía porque es también cultural que el “mexicano” señale las inconsistencias de otras culturas y no revise sus propias representaciones y elementos culturales.
La cultura no es estática, al contrario, vive un proceso de enriquecimiento y constante movimiento y evolución –o involución-; los elementos culturales están destinados a fusionarse y generar otros escenarios, ya sean paralelos, comunes o incluso contradictorios, corresponde al HOMBRE ser supervisor de ello, corresponde al hombre velar y construir la cultura que más le edifique; nada es eterno, “LO ÚNICO CONSTANTE ES EL MOVIMIENTO” (Heráclito de Efeso). Si atendemos a esta perspectiva la Cultura podría ser FUNDAMENTAL para construir otro tipo de sociedad, más justa, más fraterna, más humana y humanizada.
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